A 20 años de distancia

Las escuelas, suecas para sordos. empezaron a utilizar el lenguaje de signos para las asignaturas normales hace 20 años. Fueron los primeros. A finales de la década de los setenta, los investigadores norteamericanos empezaron a considerar interesante enseñar con el lenguaje de signos, en vez de con el lenguaje oral o el bimodal (traducción a signos, palabra por palabra, más lenguaje oral).Los norteamericanos observaron que los niños que tenían un padre o una madre sorda aprendían en este lenguaje con la misma rapidez que un niño oyente el lenguaje oral. Y se creó una base científica para enseñ...

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Las escuelas, suecas para sordos. empezaron a utilizar el lenguaje de signos para las asignaturas normales hace 20 años. Fueron los primeros. A finales de la década de los setenta, los investigadores norteamericanos empezaron a considerar interesante enseñar con el lenguaje de signos, en vez de con el lenguaje oral o el bimodal (traducción a signos, palabra por palabra, más lenguaje oral).Los norteamericanos observaron que los niños que tenían un padre o una madre sorda aprendían en este lenguaje con la misma rapidez que un niño oyente el lenguaje oral. Y se creó una base científica para enseñar el lenguaje de signos como primera lengua y el oral como segunda.

Esto se empezó a poner en práctica en los años ochenta en Estados Unidos, en donde viven unos 250.000 sordos, tanto en centros públicos como privados, con el apoyo de los departamentos de lingüística y psicología aplicada de las universidades. Actualmente hay una universidad norteamericana para sordos, la Gallaudet University.Las ventajas del lenguaje de signos están muy claras para la Confederación Nacional de Sordos (integrada por 105 asociaciones y federaciones). "Si esperas a que el niño aprenda a oralizar y leer, es decir, a pronunciar y dominar la estructura del lenguaje escrito, retrasas su aprendizaje, puesto que en el lenguaje de signos se maneja bien mucho antes", señalan los portavoces de esta confederación.Integración escolarLos sordos adultos de esta asociación defienden el sistema de educación bilingüe. Consideran el lenguaje de signos como el idioma natural del sordo y están "en contra de la integración, no como filosofía, sino tal y como se está llevando a cabo, porque no se está consiguiendo el desarrollo integral del niño". Sin embargo, otra asociación, la de padres y amigos de los sordos (Fiapas), mantiene, otra posición. "La integración es el objetivo principal, pero no es posible en todos los casos y no se debe empezar en este objetivo sí va en detrimento del aprendizaje del niño", señala María de los Angeles Figueredo, presidenta de la federación.

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Hacia este camino se dirige un proyecto del equipo directivo del Centro Público de Educación Especial de Sordos de Madrid, colegio conocido como el Nacional, que ha propuesto a la Administración la creación de dos colegios en el gran recinto en el que se encuentran, uno para sordos y otro para oyentes. "Conseguiríamos eliminar etiquetas", dice María Teresa Fernández de las Heras , la directora. "Y permitiría que cada niño tuviera la posibilidad de integrarse".

Según la subdirectora de Educación Especial, María Antonia Casanova, se va a realizar "una evaluación sobre la experiencia bilingüe que este curso ha puesto en práctica el Nacional". "Parece que la educación de los sordos del futuro se inclina hacia este tipo de enseñanza, pero veremos con las experiencias que están en marcha", señala Casanova.

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