Cartas al director

De rebote

Llegué de rebote a la clínica de traumatología de Asepeyo en Coslada. El 14 de diciembre viví un trágico accidente de tráfico.Me recibieron en el Hospital General de Segovia, donde me atendieron maravillosamente. De allí me trasladaron al Clínico de Madrid. Primero estuve en urgencias y recuperación, donde la atención fue total, pero de allí pasé a planta, donde comenzó una pesadilla que duró cuatro días, en los cuales no se me volvió a hacer absolutamente nada.

Las enfermas, en habitaciones de seis, gritaban de dolor, por demencias o porque nunca funcionaban los timbres.

Asepeyo...

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Llegué de rebote a la clínica de traumatología de Asepeyo en Coslada. El 14 de diciembre viví un trágico accidente de tráfico.Me recibieron en el Hospital General de Segovia, donde me atendieron maravillosamente. De allí me trasladaron al Clínico de Madrid. Primero estuve en urgencias y recuperación, donde la atención fue total, pero de allí pasé a planta, donde comenzó una pesadilla que duró cuatro días, en los cuales no se me volvió a hacer absolutamente nada.

Las enfermas, en habitaciones de seis, gritaban de dolor, por demencias o porque nunca funcionaban los timbres.

Asepeyo, literalmente, me rescató. Fui trasladada a un hospital en el que tanto el trato médico como el humano fueron extraordinaríos durante los 40 días que estuve. Todo el mundo procuraba ser agradable, y si pedía algo, era atendida inmediatamente.

He sido una privilegiada, lo sé, pero en todo este tiempo no he olvidado a las pacientes que se quedaron en el Clínico, a las que nadie podía cuidar como yo lo he sido. Gracias para siempre a todo el personal de la clínica Asepeyo.

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