Major anuncia a sus ministros que las elecciones británicas serán el 1 de mayo

John Major defendió ayer, en una reunión del Gabinete, el 1 de mayo como la fecha preferida para celebrar las elecciones generales británicas. No es la primera vez que el primer ministro se manifiesta a favor de agotar la legislatura frente a las numerosas voces que reclaman, desde todo el espectro político, un adelanto de los comicios, pero su mención de la fecha en la reunión oficial de ayer ha sido interpretada como un anuncio indirecto de que la decisión del primer ministro es poco menos que irrevocable ya.El Gabinete conservador dedicó la jornada a dar los últimos toques al programa elect...

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John Major defendió ayer, en una reunión del Gabinete, el 1 de mayo como la fecha preferida para celebrar las elecciones generales británicas. No es la primera vez que el primer ministro se manifiesta a favor de agotar la legislatura frente a las numerosas voces que reclaman, desde todo el espectro político, un adelanto de los comicios, pero su mención de la fecha en la reunión oficial de ayer ha sido interpretada como un anuncio indirecto de que la decisión del primer ministro es poco menos que irrevocable ya.El Gabinete conservador dedicó la jornada a dar los últimos toques al programa electoral que, de acuerdo con las palabras de Major, pretende ofrecer a los ciudadanos británicos una serie de medidas destinadas a "ampliar las oportunidades, posibilidades de elección y libertad, de una manera no vista hasta ahora". Entre las iniciativas que se han venido filtrando figuran nuevas privatizaciones -se habla de la venta del metro de Londres y, nuevamente, de la de Correos- y cambios en la financiación de -la enseñanza pública, que ahora está en manos de las autoridades locales.

La insistencia del Gobierno conservador en retrasar la fecha de las elecciones generales hasta casi la última fecha legalmente posible, contrasta con la opinión de muchos analistas políticos que resaltan los riesgos que puede entrañar esta demora. Por un lado, citan la debilidad de un Gobierno que ha perdido la mayoría parlamentaria y, por otro, el inconveniente añadido para los tories de tener que someterse a una elección parcial a comienzos de marzo, que puede resultar en un nuevo fracaso. La oposición laborista ha reclamado la convocatoria de elecciones cuanto antes y ayer, en su editorial, el diario económico Financial Times sugería al Gobierno que opte por el 20 de marzo como la fecha más adecuada para someterse al veredicto de las urnas. Anoche, la debilidad de Major quedó de nuevo refrendada en los Comunes al salir derrotada una propuesta gubernamental que pretendía modificar el límite del número de alumnos en las escuelas públicas.

Otra de las opciones que se barajan es el 10 de abril, aunque la firmeza de Major en defensa del 1 de mayo parecía ayer incuestionable. A favor de esta elección hay también varios argumentos. El Gobierno tory puede sobrevivir a cuantas votaciones parlamentarias se produzcan ya que cuenta con el apoyo normalmente seguros de los nueve, parlamentarios del Partido Unionista del Ulster. Por otro lado, los tories consideran que cuanto más tiempo pase más se dejará sentir el factor bienestar económico al que han venido apelando desde el inicio de la precampaña electoral. Por último, con encuestas desfavorables que sitúan al Partido Laborista 17 puntos por delante en la intención de voto, los conservadores no arriesgan nada por llegar hasta el final de la legislatura.

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