500 centros informan cada 15 minutos

Un complejo programa informático diseñado por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), denominado SAIH (Sistema Automático de Información Hidrológica), está permitiendo controlar las avenidas de agua procedentes de los ríos de la cuenca. Gracias a este sistema, desde una sala de control, en Zaragoza, se realiza un s seguimiento permanente de la evolución de los caudales y los volúmenes de agua almacenada en los pantanos, lo cual ha disminuido el riesgo de inundaciones en las poblaciones ribereñas.El SAIH, que controla la hidrografía de una superficie de 85.000 kilómetros cuadrados, funcio...

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Un complejo programa informático diseñado por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), denominado SAIH (Sistema Automático de Información Hidrológica), está permitiendo controlar las avenidas de agua procedentes de los ríos de la cuenca. Gracias a este sistema, desde una sala de control, en Zaragoza, se realiza un s seguimiento permanente de la evolución de los caudales y los volúmenes de agua almacenada en los pantanos, lo cual ha disminuido el riesgo de inundaciones en las poblaciones ribereñas.El SAIH, que controla la hidrografía de una superficie de 85.000 kilómetros cuadrados, funciona mediante una red de unas 500 estaciones de medición distribuidas a lo largo de la cuenca y desde las que se envía información, cada 15 minutos al departamento central, en el que los técnicos se encargan de analizar y procesar las variables hidrológicas recibidas (volumen de precipitaciones, niveles de los ríos y los pantanos, entradas y salidas de agua, volumen del agua almacenada...). El ordenador central transforma los datos referidos a los niveles de los ríos y los embalses en caudales y volúmenes de agua.

Más información

En caso de una situación de emergencia, como la que ahora se ha producido, se constituye un comité de seguimiento de avenidas, un gabinete de crlsis cuyos integrantes son los máximos responsables de las decisiones que se adopten.

Las últimas crecidas registradas en los ríos más caudalosos de la cuenca del Ebro han servido para comprobar en la práctica la utilidad del sistema. La situación creada, más alarmante que de peligro real, obligó a los técnicos de la CHE a accionar los mecanismos de. regulación y control de los caudales de ríos y pantanos.

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