LA LUCHA CONTRA ETA

Cinco horas de retraso para atender el SOS de la librería Lagun

"Hemos vivido siempre aquí y nunca habíamos pasado este miedo; la Ertzaintza no está nunca por esta zona". Así se lamentaban ayer vecinos de la parte vieja de San Sebastián que, en la madrugada del domingo, ayudaron a sofocar las llamas para salvar la librería Lagun (significada por su antifranquismo) y proteger sus casas.Los restos de los libros sacados a la calle y quemados, los ennegrecidos marcos del local, el semblante de los trabajadores de Lagun... Todo ello daba fe de las terribles escenas vividas la noche anterior, cuando algunos ciudadanos se enfrentaron a los radicales encapuchados ...

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"Hemos vivido siempre aquí y nunca habíamos pasado este miedo; la Ertzaintza no está nunca por esta zona". Así se lamentaban ayer vecinos de la parte vieja de San Sebastián que, en la madrugada del domingo, ayudaron a sofocar las llamas para salvar la librería Lagun (significada por su antifranquismo) y proteger sus casas.Los restos de los libros sacados a la calle y quemados, los ennegrecidos marcos del local, el semblante de los trabajadores de Lagun... Todo ello daba fe de las terribles escenas vividas la noche anterior, cuando algunos ciudadanos se enfrentaron a los radicales encapuchados hasta que éstos terminaron por imponer su ley armados con barras de hierro. Un hombre de 25 años fue atendido en un centro hospitalario a consecuencia de los golpes de los agresores. María Teresa Castells, propietaria de la librería y esposa del ex consejero socialista vasco José Ramón Recalde manifestó, ayer en la cadena SER su indignación y su "preocupación" por los vecinos.

Según trabajadores de Lagun, la Ertzairitza fue requerida por primera vez a las 20.15 del sábado, inmediatamente después del primer lanzamiento de cócteles mólotov, pero no acudió hasta la 1.40 del domingo, cuando los incidentes habían finalizado. Los encapuchados, rechazados y desemascarados por un grupo de ciudadanos, habían vuelto con refuerzos y no se retiraron hasta romper el escaparate, apoderarse de decenas de libros, casi todos en euskera, y prenderles fuego. La Ertzaintza se quedó protegiendo el local hasta las 03.40 horas.

El Gremio de Libreros de Guipúzcoa, cuyo presidente no condenó formalmente un ataque anterior a Lagun por considerar que era un asunto "político", sumó ayer su rotundo rechazo e invitó a los agresores a considerar "la irracionalidad de sus actos".

La ministra de Educación y Cultura, Esperanza Aguirre, envió un telegrama a Castells en el que le muestra su "más enérgica repulsa" por los ataques y la condena "sin limites" de las "actitudes intransigentes y criminales de quienes encuentran en la violencia y el terror su única forma de expresión".

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