La primera cadena de pago de Alemania sale de los números rojos

Premiere, la primera cadena alemana de televisión de pago, gestionada por el grupo Bertelsmann, empieza a resultar rentable. Este canal, que transmite con tecnología convencional, sufre actualmente la competencia de la oferta de televisión digital comercializada por uno de sus accionistas, el Grupo Kirch, cuyos primeros seis meses de funcionamiento no han producido los resultados apetecidos.

Tras varios años de travesía del desierto, Premiere vislumbra una luz en el oscuro horizonte y anuncia con satisfacción su abandono de los números rojos. A base de películas y dos partidos se...

Premiere, la primera cadena alemana de televisión de pago, gestionada por el grupo Bertelsmann, empieza a resultar rentable. Este canal, que transmite con tecnología convencional, sufre actualmente la competencia de la oferta de televisión digital comercializada por uno de sus accionistas, el Grupo Kirch, cuyos primeros seis meses de funcionamiento no han producido los resultados apetecidos.

Tras varios años de travesía del desierto, Premiere vislumbra una luz en el oscuro horizonte y anuncia con satisfacción su abandono de los números rojos. A base de películas y dos partidos semanales de la Bundesliga de fútbol, esta especie de versión alemana de Canal Plus, que cuesta al abonado 45 marcos mensuales (3.780 pesetas), anuncia un aumento de ingresos del 30% en 1996, un volumen de facturación de 500 millones de marcos (42.000 millones de pesetas) y 1,4 millones de abonados, que espera incrementar en 100.000 en las próximas semanas con una campaña de promoción que ofrece darse de alta con un mes de abono gratuito.El detalle casi perverso de Premiere se advierte al examinar el reparto de accionistas del canal alemán de pago. Al 37,5% del grupo Bertelsmann y otro tanto propiedad de Canal + Francia se suma un 25% del que hasta ahora ha aparecido como el más directo competidor de aquel: el magnate Leo Kirch.

Los gestores de Premiere y su copropietario Kirch andan a la greña en lucha por el mercado de la televisión de pago. Kirch quiere hacer la guerra a su 25% de Premiere y amenaza con incluir en su oferta digital un canal a base de cine de primerísima calidad. El gestor de Premiere, el grupo BerteIsmann, trata de impedirlo y para ello ha recurrido a la justicia, con la intención de obligar a Kirch a comportarse como un socio leal del canal analógico de pago.