Una discusión de patio de vecinos acaba con seis lesionados

Sótano C contra sótano A. Una discusión de escalera entre dos familias vecinas de la calle de Jaime el Conquistador, número 5 (Arganzuela), acabó en la tarde de ayer a guantazo limpio y con seis personas lesionadas.El origen de la gresca, en la que incluso se llegó a emplear un bate de béisbol, se pierde en los recovecos de la escalera vecinal. Para algunos inquilinos del inmueble se trata de un soterrada historia de odio entre los Ramírez y los Casas. "Llevan meses así, no sabemos bien por qué, pero se veía venir", dijo una vecina que prefirió guardar el anonimato. La policía, en cambio, se l...

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Sótano C contra sótano A. Una discusión de escalera entre dos familias vecinas de la calle de Jaime el Conquistador, número 5 (Arganzuela), acabó en la tarde de ayer a guantazo limpio y con seis personas lesionadas.El origen de la gresca, en la que incluso se llegó a emplear un bate de béisbol, se pierde en los recovecos de la escalera vecinal. Para algunos inquilinos del inmueble se trata de un soterrada historia de odio entre los Ramírez y los Casas. "Llevan meses así, no sabemos bien por qué, pero se veía venir", dijo una vecina que prefirió guardar el anonimato. La policía, en cambio, se limitó a señalar que el detonante de la pelea fue un incidente trivial: la colocación de una pegatina en el buzón de una familia por un miembro de la otra.

"Mi abuela, de 84 años, estaba hablando con la señora de la limpieza en el patio cuando apareció la hija de los vecinos. No sé que pasó, pero al poco tiempo la madre de ésta subió y llamó hija de puta a mi abuela. La mujer de la limpieza trató de defenderla y también fue insultada. Entonces se lanzaron a pegar a mi abuela y se armó el lío", contaba ayer una joven del sótano A, donde viven 10 miembros de la familia Casas.

Prendida la mecha, los manotazos sucedieron a los insultos. Ambas familias se liaron a golpes, e incluso, desde San Blas, acudieron al tumulto parientes de los inquilinos del sótano C, donde habitan una mujer y sus dos hijos, de 14 y 12 años.

Al final, la policía consiguió separar a los más encrespados. Seis personas resultaron lesionadas -dos abuelas, un tío y su sobrino, por parte de la familia Casas, y la madre y un pariente, por parte de la familia Ramírez-. Ninguno sufría heridas graves, pero todos fueron hospitalizados por el Samur -cada familia a un centro distinto- Anoche, la policía hacía guardia en el patio para evitar que los vecinos volviesen a liarse a golpes.

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