GENTE

DISPUTADO PREMIO

Ovidio Vega Méndez, cartero de la localidad asturiana de San Antolín de Ibias, en el extremo suroccidental de la región, y que resultó agraciado con 24 millones de pesetas por el gordo del sorteo del Niño de la lotería nacional en enero de 1993, deberá compartir el importe del premio con su superior inmediato: José Muñiz Álvarez, jefe de la oficina de Correos en la que trabaja, según una sentencia dictada por el juzgado de Cangas de Onís. Según el fallo judicial, Antonio Barrero, propietario del bar La Peña, había reservado una participación en el número 76372, que res...

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Ovidio Vega Méndez, cartero de la localidad asturiana de San Antolín de Ibias, en el extremo suroccidental de la región, y que resultó agraciado con 24 millones de pesetas por el gordo del sorteo del Niño de la lotería nacional en enero de 1993, deberá compartir el importe del premio con su superior inmediato: José Muñiz Álvarez, jefe de la oficina de Correos en la que trabaja, según una sentencia dictada por el juzgado de Cangas de Onís. Según el fallo judicial, Antonio Barrero, propietario del bar La Peña, había reservado una participación en el número 76372, que resultó agraciado con el primer premio, para el jefe de la oficina de Correos, pero accedió a vendérselo a su subalterno para no dejar a éste sin lotería, pero a condición de que compartiera el décimo con su jefe. A tal fin, el propio hostelero escribió en el reverso los apodos con los que ambos funcionarios son conocidos en la localidad: El Panadero y El Ferreiro. Ambas partes accedieron al trato, pero tres años después el cartero aún no había satisfecho a su superior la mitad del importe del premio. La sentencia judicial afirma que aquel acuerdo tiene fuerza vinculante y eficacia legal, dado que hubo consentimiento de las partes y que la venta se había producido condicionada a que ambos compartieran el billete.-

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