Los viajeros del avión retenido en Nueva York critican al consulado español

Dos grupos de pasajeros españoles que se quedaron atascados en Nueva York tras ser retenido su avión por deudas con la compañía Delta llegaron ayer a Madrid vías Milán y Roma. La compañía de charter española Oasis dejó el sábado en tierra a 225 pasajeros en el aeropuerto neoyorquino, después de que empleados de la compañía americana Delta Airlines quitaran una pieza del motor del Airbus 310 de Oasis. Los pasajeros repartían ayer sus quejas entre Oasis, Delta y el consulado español.

El portavoz de los pasajeros, Alfonso Martínez, describía así la asistencia prestada por las autoridades, ...

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Dos grupos de pasajeros españoles que se quedaron atascados en Nueva York tras ser retenido su avión por deudas con la compañía Delta llegaron ayer a Madrid vías Milán y Roma. La compañía de charter española Oasis dejó el sábado en tierra a 225 pasajeros en el aeropuerto neoyorquino, después de que empleados de la compañía americana Delta Airlines quitaran una pieza del motor del Airbus 310 de Oasis. Los pasajeros repartían ayer sus quejas entre Oasis, Delta y el consulado español.

El portavoz de los pasajeros, Alfonso Martínez, describía así la asistencia prestada por las autoridades, consulares: "Ha sido poco lo que han hecho por nosotros, nos prometieron y no cumplieron nada. Nos han atendido mejor los de Televisión Española en Nueva York, a quienes llamamos para dar a conocer nuestra situación"."El consulado español no se ha hecho cargo de nosotros, estuvimos desprotegidos y menos mal que el aeropuerto Kennedy nos pagó el hotel", dijo otra pasajera.

"Durante la tarde del sábado estuvimos llamando al teléfono de urgencia del consulado y nadie lo cogía", aseguró Pere Margarit. "El vicecónsul no vino hasta la mañana siguiente, increíblemente relajado, como si lo ocurrido no tuviera importancia", explica.Todos ellos recodaban con angustia las horas pasadas en el aeropuerto neoyorquino. "La gente empezó a ponerse nerviosa y la policía pensó que íbamos a hacer alguna salvajada", relata Juan Crespo, otro de los pasajeros afectados. "Nos decían que no podían darnos alojamiento", prosigue. Entonces, parte del grupo decidió solucionar el problema por su cuenta pagando 900 dólares por el viaje de vuelta a casa. "La mayoría, unos 150, nos quedamos allí para hacer presión. Cuando vieron que no nos íbamos a mover, las autoridades nos buscaron un hotel", prosigue Crespo.

Sólo fue un paréntesis en la odisea. A la mañana siguiente, los agraviados pasajeros se encontraron con que los desayunos no estaban pagados. "Había gente, sobre todo los más jóvenes, que no tenía dinero y nos bloquearon las habitaciones", explica Josep Solé. Supuestamente, la intervención del vicecónsul español solucionó el problema. Pero, pese a ello, la respuesta del consulado no recibía precisamente elogios.

Los pasajeros tenían claro que iban a presentar una demanda, pero no tanto contra quién. Unos decían que contra la compañía; otros, como José Antonio Parra, contra las agencias mayoristas: "La responsabilidad primera es de ellas porque no tuvimos ninguna cobertura". Juan Crespo, en cambio, culpa a la compañía. "Nadie de Oasis se responsabilizó de nada", aseguraba. Otra pasajera, Teresa Roca, disparaba contra los autores del sabotaje: "La culpa es de Delta, porque aunque exista una deuda, esas no son maneras de recuperar el dinero".

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