Crisis

Es cierto, como dice Elisa Moreu en su carta al director del 24 de noviembre, que la ilusión por aprender, el deseo de un avance eterno en las actividades de la mente, no debe ser obstaculizado por la edad. Y su ejemplo en la persona de 75 años es alentador; por eso escribo, aunque no sólo no tengo tanta edad (18 añazos) ni tampoco una recién estrenada licenciatura en Derecho (me he incorporado este año a la vida universitaria); yo creía tener unos valores prefijados por la industria de la sociedad. Estoy hablando, por supuesto, de la tan discutida rebeldía y -del no saber estar de la juventud...

Es cierto, como dice Elisa Moreu en su carta al director del 24 de noviembre, que la ilusión por aprender, el deseo de un avance eterno en las actividades de la mente, no debe ser obstaculizado por la edad. Y su ejemplo en la persona de 75 años es alentador; por eso escribo, aunque no sólo no tengo tanta edad (18 añazos) ni tampoco una recién estrenada licenciatura en Derecho (me he incorporado este año a la vida universitaria); yo creía tener unos valores prefijados por la industria de la sociedad. Estoy hablando, por supuesto, de la tan discutida rebeldía y -del no saber estar de la juventud.La "crisis" a la que hace alusión la señora Moreu no sólo sigue existiendo en las respaldadas chepas de los estudiantes de hoy. Si esta lectora se mueve en el ambiente del que habla no debe concebir esas ideas, lejanas de lo progre hoy día. Y si no, que se dé una vuelta por mi ciudad, que entre a mi facultad, que se siente en el suelo porque una silla no va a encontrar; que se dé otra vuelta por la biblioteca de una Facultad de Filosofia y Letras y que intente tener acceso directo a los libros; si consigue terminar el recorrido con un total espíritu y armonía, ¡enhorabuena!, ya conoce la vida universitaria; porque, según usted, sólo nos movemos si nuestro aprobado o título corren peligro.- María Dolores Ramos Pérez.