Crecida de los ríos en la cabecera del Ebro
Los pasados días 2 y 5, los registros de la cabecera del Ebro midieron precipitaciones superiores a los 100 litros por metro cuadrado. Las puntas de las crecidas de los afluentes del Pirineo oriental han provocado avenidas en varias poblaciones de las provincias de Navarra y Álava, así como en los cortos recorridos de los nos que vierten al Cantábrico.Las lluvias han encontrado los embalses alaveses de Ullívarri-Gamboa (150 hectómetros cúbicos) y Urdúnaga (72) a rebosar. El primero almacena 147 hectómetros cúbicos y el segundo 65. Esto sería impensable ahora, cuando se dejan vacíos para acoger...
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Los pasados días 2 y 5, los registros de la cabecera del Ebro midieron precipitaciones superiores a los 100 litros por metro cuadrado. Las puntas de las crecidas de los afluentes del Pirineo oriental han provocado avenidas en varias poblaciones de las provincias de Navarra y Álava, así como en los cortos recorridos de los nos que vierten al Cantábrico.Las lluvias han encontrado los embalses alaveses de Ullívarri-Gamboa (150 hectómetros cúbicos) y Urdúnaga (72) a rebosar. El primero almacena 147 hectómetros cúbicos y el segundo 65. Esto sería impensable ahora, cuando se dejan vacíos para acoger las lluvias de invierno, a no ser por el régimen de explotación que los hace dependientes como abastecedores únicos del llamado Gran Bilbao. Cuando llegan lluvias como las de ahora, tienen que abrirse las compuertas para aliviar las presas y dejar que el Zadorra inunde la llanada de Vitoria y las márgenes de su curso hasta su encuentro con el Ebro.