Álvarez Cascos y Rato reforzaran su papel coordinador en el Gobierno

No habrá, por el momento, un cambio de rumbo en la política gubernamental. Pero sí correcciones. Los sondeos, que marcan una caída del Gobierno en 2,5 puntos desde julio, preocupan en La Moncloa. La primera medida que adoptará el Gobierno es reforzar su coordinación. Los vicepresidentes, Francisco Álvarez Cascos y Rodrigo Rato, unificarán los mensajes de sus áreas para salvar la imagen de dispersión que ha ofrecido el Ejecutivo en sus seis meses de rodaje. Cascos atribuyó la caída a la bisoñez del Gobierno, las medidas impopulares y los efectos del pacto con los nacionalistas.

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No habrá, por el momento, un cambio de rumbo en la política gubernamental. Pero sí correcciones. Los sondeos, que marcan una caída del Gobierno en 2,5 puntos desde julio, preocupan en La Moncloa. La primera medida que adoptará el Gobierno es reforzar su coordinación. Los vicepresidentes, Francisco Álvarez Cascos y Rodrigo Rato, unificarán los mensajes de sus áreas para salvar la imagen de dispersión que ha ofrecido el Ejecutivo en sus seis meses de rodaje. Cascos atribuyó la caída a la bisoñez del Gobierno, las medidas impopulares y los efectos del pacto con los nacionalistas.

El Gobierno atribuye una parte de su caída en los sondeos a la imagen de dispersión en los mensajes que ha ofrecido su política. Un alto cargo comentaba ayer expresiva y autocríticamente que lo peor es crear una tasa impositiva cada día y, para colmo, rectificar también cada día.La consecuencia inmediata de este análisis interno del Gobierno es el reforzamiento del papel coordinador de las vicepresidencias política y económica sobre sus respectivas áreas. Esta medida ya había empezado a adoptarla con motivo de la crisis de la minería, en la que Francisco Álvarez Cascos jugó un papel mediador para desactivar el conflicto suscitado por el ministro de Industria, Josep Piqué. Rodrigo Rato también reforzará su papel sobre el área económica. De hecho, ya ha asumido el protagonismo en la reforma de la sanidad, con el capítulo consiguiente de su financiación, ante una situación que sobrepasa al ministro del ramo, José Manuel Romay Beccaria.

El Gobierno no adoptará, por el momento, otras medidas pese a que el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Rodríguez, ha quedado afectado por los sondeos. De persistir su caída, se baraja un golpe de timón para la primavera que afectaría a algunos de los ministros más quemados por sus vacilaciones políticas, como Piqué; Margarita Mariscal, de Justicia, y Eduardo Serra, de Defensa, protagonista este último de polémicas decisiones como la no desclasificación de los papeles del Cesid y el proyecto de Ley de Secretos Oficiales.

El Gobierno reconoce en su análisis interno que tanto como consecuencia de sus vacilaciones como de las resoluciones impopulares que ha adoptado -congelación del sueldo de los funcionarios y medidas presupuestarias restrictivas- se ha producido un distanciamiento del electorado, pero sin que haya trasvase a otros partidos. Álvarez Cascos lo reconoció ayer en una rueda de prensa y utilizó el calificativo de "gallardía" para definir la actitud del Ejecutivo, informa Javier Casqueiro.

Las vacilaciones del Gobierno están vinculadas a su bisoñez, según reconoció Álvarez Cascos al manifestar: "Se ha pagado el gasto de rodaje porque no teníamos experiencia anterior de gobierno".

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Otro factor importante en su caída lo atribuye el Ejecutivo a la imagen de cesión ante los nacionalismos. En los primeros seis meses de su mandato, ha desarrollado una parte importante de los pactos con ellos. Esto, unido a la imagen reivindicativa que han mantenido ha contribuido a tal impresion. Álvarez Cascos admitió que "los pactos electorales fueron saldados positivamente, pero el día a día introduce una penalización de debilidad".

Álvarez Cascos comparó el desgaste sufrido por el Gobierno del PP en estos meses con el del PSOE, tras las elecciones de 1993, cuando por su pérdida de la mayoría absoluta se vio forzado a negociar con CiU. El vicepresidente aseguró que los socialistas padecieron entonces un deterioro de once puntos frente a los ocho actuales del PP.

El vicepresidente acogió "sin ninguna sorpresa" la actitud de "retraimiento" expresada en la encuesta por su propio electorado, pero pronosticó que esa tendencia variará ya en 1997 por una serie de medidas que se van a apreciar inmediatamente, como la reducción de los recibos telefónicos y de la luz y la bajada de los tipos de interés.

Los diputados socialistas Alfredo Pérez Rubalcaba y Rosa Conde atribuyen el resultado de la encuesta al castigo al PP "no por gobernar, sino por el desgobierno".

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