El Presupuesto brítánico persigue el cumplimiento de Maastricht

Los Presupuestos Generales del Estado del Reino Unido, que completan ya los de todos lo países de la UE, buscan cumplir con Maastricht, a pesar de que el Gobierno de Major se muestra contrario a incorporarse al euro de momento. En una mezcla de ambición y electoralismo el Gobierno quiere tener la potestad plena para decidir si el Reino Unido se incorporará o no a la Unión Económica y Monetaria (UEM) en el año 1999 y por eso los presupuestos elaborados por Kenneth Clarke, ministro de Economía, incluyen ambiciosos objetivos macroeconómicos que se ajustan a los criterios de convergencia.Así, el t...

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Los Presupuestos Generales del Estado del Reino Unido, que completan ya los de todos lo países de la UE, buscan cumplir con Maastricht, a pesar de que el Gobierno de Major se muestra contrario a incorporarse al euro de momento. En una mezcla de ambición y electoralismo el Gobierno quiere tener la potestad plena para decidir si el Reino Unido se incorporará o no a la Unión Económica y Monetaria (UEM) en el año 1999 y por eso los presupuestos elaborados por Kenneth Clarke, ministro de Economía, incluyen ambiciosos objetivos macroeconómicos que se ajustan a los criterios de convergencia.Así, el texto de los Presupuestos para el ejercicio 1997-1998 (el Presupuesto británico no se ajusta a años naturales) recoge una previsión de déficit público del 2,5%, medio punto por debajo del nivel exigido para pasar el examen de ingreso a la UEM e incorporar la moneda única. También prevé un crecimiento del PIB del 3,5% en 1997 (la previsión para el final de 1996 es del 2,5%) y marca un objetivo de inflación (sin considerar las hipotecas) del 2,5% para el ejercicio 1997-1998. En deuda ya está por debajo del 60% del PIB.

Para hacer frente a las encuestas que apuntan una derrota clara de los tories frente a los laboristas en las elecciones de la próxima primavera, el Gobierno ha incluido una rebaja de los impuestos directos mediante un recorte del 1% en el tipo medio y la elevación del mínimo exento de declaración (véase EL PAÍS de ayer).

Sin embargo, el responsable de la economía británica no ha querido inquietar a los mercados financieros con medidas que pudieran interpretarse como una relajación fiscal y ha incluido en el texto de Presupuestos una subida de los impuestos indirectos que gravan la gasolina, el gasóleo, el tabaco y las bebidas alcohólicas con búrbujas, las que más se consumen en el Reino Unido. Los planes sobre gasto público pasan por la reducción de éste al 40% del PIB, a pesar de los aumentos previstos en los capítulos dedicados a educación, sanidad y seguridad pública.

Por otra parte, el canciller alemán, Helmut Kohl, insistió ayer, durante el debate sobre los Presupuestos alemanes, en que no se modificarán ni el calendario los criterios de convergencia. Kohl reiteró que Alemania reducirá el déficit presupuestario y el endeudamiento hasta el 2, 5% del PIB para poder incorporarse a la UEM el 1 de enero de 1999.

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