Pujol apoya a González para sosegar la vida política

El pacto entre CiU y el PSOE, que ha cerrado el paso al candidato del PP, ha suscitado gran contrariedad en el Gobierno. Máxime después de que la ministra de Justicia, Margarita Mariscal de Gante, intentara convencer al portavoz parlamentario de CiU, Joaquim Molins, para que los nacionalistas catalanes, socios parlamentarios del Ejecutivo, votaran a Luis Román Puerta. Su gestión fracasó y según fuentes de la ejecutiva socialista, el enojo es tal que el propio vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, se encargó de hacérselo notar a sus socios catalanes.El pacto comenzó a f...

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El pacto entre CiU y el PSOE, que ha cerrado el paso al candidato del PP, ha suscitado gran contrariedad en el Gobierno. Máxime después de que la ministra de Justicia, Margarita Mariscal de Gante, intentara convencer al portavoz parlamentario de CiU, Joaquim Molins, para que los nacionalistas catalanes, socios parlamentarios del Ejecutivo, votaran a Luis Román Puerta. Su gestión fracasó y según fuentes de la ejecutiva socialista, el enojo es tal que el propio vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, se encargó de hacérselo notar a sus socios catalanes.El pacto comenzó a fraguarse a mediados de octubre, cuando se conocieron los nombres de los cinco magistrados que habían presentado su candidatura a la presidencia de la Sala Segunda. Fuentes de la negociación han confirmado a este periódico que fueron Joaquín Almunia, portavoz parlamentario del PSOE, y Joaquim Molins, el de CIU, los encargados de sellar el acuerdo, previo conocimiento de Felipe González y Jordi Pujol.

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Fue un pacto bendecido por el propio presidente de la Generalitat de Cataluña como un gesto expresamente dirigido hacia el secretario general del PSOE, y que se explica por el interés del líder nacionalista catalán en que la judicialización desaparezca de la vida política, como ya ha manifestado en repetidas ocasiones.

El PSOE tenía anotados los agravios de Luis Román Puerta: Ofreció su voto particular favorable a considerar imputados en el caso GAL a Felipe González y José María Benegas, y votó,en el caso Filesa (presunta financiación ilegal del PSOE), con la minoría partidaria de solicitar el suplicatorio del número dos socialista, Alfonso Guerra.

Libertad de acción

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Con esta iniciativa, Pujol ha querido expresar también un gesto de autonomía política respecto al PP. Una especie de respuesta a la utilización que hace el Gobierno de su libertad de acción en los asuntos no incluidos en el pacto con los nacionalistas, siempre a sabiendas de que ello no va a afectar a la estabilidad parlamentaria.

.Pese a la sorpresa de ayer, el acuerdo para impedir la elección de Luis Román Puerta era firme hace varios días. Una anécdota lo ilustra. Recientemente el ex ministro Juan Alberto Belloch se encontró con varios parlamentarios de CiU y les recordó el compromiso. El ex titular de Justicia les advirtió que, si lo vulneraban, las relaciones entre socialistas y nacionalistas catalanes quedarían muy deterioradas.

Molins cumplió con Almunia, aunque al principio hubo discrepancias. Los socialistas llegaron a sugerir inicialmente la candidatura de José Jiménez Villarejo, pero CiU la rechazó.

La persistencia del PP en defender a Luis Román Puerta, apoyado a su vez por el PNV y Coalición Canaria, hizo imposible un consenso. CiU y PSOE optaron al final por la candidatura de Augusto de Vega.

Fue un pacto gestado en sigilo. Tanto que muchos dirigentes de CiU no se enteraron de lo que se estaba fraguando hasta el pasado martes por la tarde.

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