El tortuoso camino hasta llegar a los 'papeles'

El camino para convertirse en regularizado es tortuoso. Hoy por hoy las posibilidades de conseguir un permiso de trabajo y residencia para un inmigrante irregular de un país extracomunitario son pequeñas, según explican en la secretaría de Inmigración de CC OO y en la ONG COMRADE. Aunque cada caso es distinto y la tarea de las asociaciones de apoyo y de los abogados honestos es aprovechar las posibilidades que existen para librar a los inmigrantes de la angustia de la ilegalidad.

Una de las vías para obtener el permiso de trabajo y residencia son los cupos, con los que el ...

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El camino para convertirse en regularizado es tortuoso. Hoy por hoy las posibilidades de conseguir un permiso de trabajo y residencia para un inmigrante irregular de un país extracomunitario son pequeñas, según explican en la secretaría de Inmigración de CC OO y en la ONG COMRADE. Aunque cada caso es distinto y la tarea de las asociaciones de apoyo y de los abogados honestos es aprovechar las posibilidades que existen para librar a los inmigrantes de la angustia de la ilegalidad.

Una de las vías para obtener el permiso de trabajo y residencia son los cupos, con los que el Gobierno fija el número de trabajadores inmigrantes que se pueden contratar en sectores poco demandados por los desempleados españoles como el servicio doméstico o el peonaje agrícola. Pero el ejecutivo del PP no ha fijado cupos para este año. La razón oficial para justificar la ausencia de cupos en este año es que del 23 de abril al 23 de agosto, a partir de la entrada en vigor en abril del nuevo reglamento de Extranjería, se abrió un proceso excepcional de regularización de inmigrantes.

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Pero sólo podían acogerse a él quienes llegaron a España antes de 1996 y hubieran sido titulares de algún permiso con ante rioridad. Estas condiciones contribuyeron al fracaso de la medida: se esperaban 50.000 solicitudes y se quedaron en 24.000. Sin cupos ni regularizaciones queda otra vía, la ordinaria. En ella el inmigrante presenta ante la Dirección Provincial de Trabajo y Seguridad Social la oferta laboral recibida. Después debe viajar a su país para solicitar el visado que le permite volver a España a trabajar si le conceden el permiso laboral. Numerosos inmigrantes son reacios a este procedimiento: temen abandonar el país sin garantías de conseguir el permiso de trabajo, y, en consecuencia, sin la certeza de poder regresar. Y es que no es extraño que Trabajo deniegue la solicitud amparándose en que existen desempleados españoles en ese sector.

La tramitación de los cupos es parecida. Pero con una diferencia sustancial: éstos no se deniegan por la situación laboral de empleo porque se trata de puestos que no se cubren con mano de obra española, normalmente por su precariedad y dureza. Existen algunas posibilidades más restrictivas como solicitar una exención de visado a la Delegación del Gobierno a partir de una oferta firme de trabajo. Una medida que se concede en muy contados casos. También puede existir una opción para solicitantes de asilo a los que se les ha negado este reconocimiento de perseguidos políticos y se les reconduce hacia un "asilo humanitario". Cualquier denegación del permiso de trabajo y residencia se puede recurrir por la vía contencioso-administrativa. Es un proceso largo que no impide la expulsión del país pero la dificulta.

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