GENTE

EN EL CONVENTIN

Los siete monjes profesos, un novicio y un presbítero que componen la comunidad cisterciense del monasterio de Santa María de Valdediós (Asturias) compartieron ayer su almuerzo en el refectorio del convento con el príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, que permanecerá tres días en el Principado, en visita oficial. Hoy presidirá la entrega de los premios que llevan su nombre. Hace sólo cuatro años que la comunidad religiosa regresó a este cenobio para restaurar la vida monástica según la regla benedictina y la tradición cisterciense, al cabo de 157 años desde que este noble edificio, er...

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Los siete monjes profesos, un novicio y un presbítero que componen la comunidad cisterciense del monasterio de Santa María de Valdediós (Asturias) compartieron ayer su almuerzo en el refectorio del convento con el príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, que permanecerá tres días en el Principado, en visita oficial. Hoy presidirá la entrega de los premios que llevan su nombre. Hace sólo cuatro años que la comunidad religiosa regresó a este cenobio para restaurar la vida monástica según la regla benedictina y la tradición cisterciense, al cabo de 157 años desde que este noble edificio, erigido en el siglo XIII en un hermosísimo y paradisiaco valle, quedara sin actividad religiosa. Desde entonces, la comunidad conventual continúa trabajando en la restauración del edificio. Todavía hoy el estado de conservación de la iglesia es penoso: la humedad corroe las paredes, la estructura amenaza ruina y los monjes han de rezar protegidos con un gran plástico sobre sus cabezas para ampararse de las inclemencias del tiempo. Don Felipe departió con los monjes, se interesó por el estado de la rehabilitación del edificio y compartió los frugales alimentos monacales. El padre prior, Jorge Gibert Tarruell, agradeció la visita del heredero de la Corona a esta "pequeña comunidad que se esfuerza", dijo, "por continuar la tradición de plegaria, estudio y trabajo que durante seis siglos animó a este Valle de Dios". Tras el almuerzo, don Felipe visitó la aledaña iglesia de San Salvador, el conventín, una hermosa manifestación del arte prerrománico asturiano que data del siglo IX y que fue y sigue siendo un símbolo espiritual de la antigua monarquía asturiana- Oviedo

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