Defensa aparca el proyecto de adquirir 400 tanques alemanes Leopard por 280.000 millones

El ministro de Defensa, Eduardo Serra, ha decidido revisar el compromiso alcanzado por sus antecesores para adquirir, en régimen de cofabricación, 400 carros de combate alemanes Leopard 2 por un importe aproxiado de 280.000 millones de pesetas. La decisión de aparcar el proyecto ha causado malestar en Alemania, que alquiló a España 108 tanques de dicho modelo con la condición de que se adquirieran los restantes, y en el Ejército de Tierra, que ve en peligro su programa estrella mientras salen adelante las fragatas F-100 de la Armada o el EF-2000 del Ejército del Aire.

En el presupuesto ...

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El ministro de Defensa, Eduardo Serra, ha decidido revisar el compromiso alcanzado por sus antecesores para adquirir, en régimen de cofabricación, 400 carros de combate alemanes Leopard 2 por un importe aproxiado de 280.000 millones de pesetas. La decisión de aparcar el proyecto ha causado malestar en Alemania, que alquiló a España 108 tanques de dicho modelo con la condición de que se adquirieran los restantes, y en el Ejército de Tierra, que ve en peligro su programa estrella mientras salen adelante las fragatas F-100 de la Armada o el EF-2000 del Ejército del Aire.

En el presupuesto del Ministerio de Defensa para 1997 figura una pequeña partida para pagar el alquiler de los 108 Leopard 2 cedidos hasta el año 2001, pero no para la adquisición de los 400. Aunque la fabricación debía iniciarse en 1998 -a razón de 40 unidades anuales, por unos 700 millones cada una-, el año próximo estaba previsto realizar ya algunas inversiones.El asunto fue abordado durante la reciente estancia en Madrid del ministro alemán de Defensa, Volker Rühe; podría suscitarse durante la entrevista que mantendrán hoy en Alemania el presidente José María Aznar y el canciller Helmut Kohl, y será tratado por el secretario de Estado de Defensa, Pedro Morenés, quien viajará a Bonn en noviembre.

Los antecesores de Serra no Firmaron ningún compromiso, pero dejaron por escrito sus promesas. En noviembre de 1994, en Noordwijk (Holanda), el entonces ministro español de Defensa, el socialista Julián García Vargas, y Rühe firmaron una carta de intenciones por la que Alemania cedería a España, durante cinco años, 108 carros de combate de segunda mano y ambos países negociarían la cofabricación de 390 Leopard 2 para el Ejército español.

Cesión condicionada

En junio de 1995, en Bruselas, ambos ministros rubricaron un memorándum de entendimiento (MOU) después de que el Parlamento alemán aprobase la cesión de los 108 carros por un precio simbólico, unos 500 millones de pesetas, pero condicionada al futuro programa decofabricación.

En junio de este año llegaron a España los 22 últimos Leopard 2 de alquiler, que, como los 86 anteriores, han equipado dos batallones de la Brigada Mecanizada de Cerro Muriano (Córdoba), la primera unidad española que se ha incorporado al Euroejército.

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Parelelamente a la llegada de los Leopard 2 -algunos de los cuales desfilaron por el madrileño Paseo de La Castellana el 9 de junio, con motivo del Día de Las Fuerzas Armadas-, los responsables de Defensa y de las industrias afectadas negociaban con sus homólogos alemanes las condiciones de cofaricación mientras el Cuartel General del Ejército ultimaba las características técnicas del futuro Leopard español.

A finales de febrero pasado, pocas días antes de las elecciones generales, el último secretario de Estado de Defensa socialista, Juan Ramón García Secades, viajó a Múnich para discutir el punto central del proyecto: cómo conseguir la mayor participación de la industria española con el menor coste suplementario y las mayores garantías de calidad.

Las perspectivas generadas por el programa Leopard dieron lugar incluso a un acuerdo de colaboración entre Santa Bárbara Blindados (SBB), que sería la principal contratista española, y la Empresa Nacional Bazán, interesada en participar en los motores, para negociar con la fabricante alemana, Krauss-Meffei.

Los nuevos responsables del Ministerio de Defensa consideran que el acuerdo industrial esbozado no es ventajoso y, sobre todo, no ven la forma de encajar un programa de 280.000 millones de pesetas en los presu-puestos militares previstos para los próximos años, con los que habrá que pagar los casi 300.000 millones de pesetas de las cuatro fragatas y el billón largo que costará el nuevo eurocaza.

En el fondo subyace el debate de si, con unos presupuestos ajustados, tiene sentido un programa tan ambicioso de carros de combate, teniendo en cuenta que España recibió, en aplicación del tratado FACE, de limitación de armas convencionales en Europa, 310 tanques M-60 norteamericanos de segunda mano que han sido profundamente remozados.

El Ejército de Tierra, sin embargo, se siente discriminado respecto a la Armada y la Fuerza Aérea y alega los sacrificios que le ha supuesto la aplicación del Plan Norte y la presencia de sus tropas en Bosnia desde hace cuatro años.

Si finalmente se anula el programa, la cesión de los 108 carros de combate Leopard habrá sido un mal negocio. Y no sólo para Alemania: España es quizá el único país del mundo con carros de combate de tres nacionalidades -M-60 (Estados Unidos), AMX-30 (Francia) y Leopard (Alemania)-, lo que obliga a triplicar las cadenas de mantenimiento de los vehículos.

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