Defensa expedienta al coronel que puso a 23 reclutas de camareros

El Ministerio de Defensa ha abierto expediente disciplinario al coronel Jesús Pumar Moreira, quien ordenó a 23 reclutas del Regimiento de Artillería de Lomas Coloradas (Gran Canaria) que sirvieran como camareros en la festividad de la patrona, según fuentes de dicho departamento. El expediente es consecuencia del auto dictado el 19 de junio por el Tribunal Militar Central, que consideró la conducta del coronel constitutiva de una "falta grave", castigada con pérdida de destino o arresto de uno a tres meses en un centro disciplinario militar.

La decisión sobre la sanción concreta a impon...

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El Ministerio de Defensa ha abierto expediente disciplinario al coronel Jesús Pumar Moreira, quien ordenó a 23 reclutas del Regimiento de Artillería de Lomas Coloradas (Gran Canaria) que sirvieran como camareros en la festividad de la patrona, según fuentes de dicho departamento. El expediente es consecuencia del auto dictado el 19 de junio por el Tribunal Militar Central, que consideró la conducta del coronel constitutiva de una "falta grave", castigada con pérdida de destino o arresto de uno a tres meses en un centro disciplinario militar.

La decisión sobre la sanción concreta a imponer, dentro de la horquilla prevista por la ley de Régimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas, corresponde al jefe de la Zona Militar de Canarias, el general Vicente Ripoll Valls.Es probable, sin embargo, que el coronel no llegue a cumplir castigo alguno, pues la citada ley establece que las faltas graves prescriben a los seis meses, salvo que se inicie el expediente disciplinario, que suspende dicho plazo.

Los hechos se produjeron entre el 27 de noviembre y el 4 de diciembre pasados, mientras que el expediente se ha abierto tras el auto judicial del 19 de junio, en el que se califican las órdenes del coronel de "desmedidas y arbitrarias". Hasta ese momento, el único expediente disciplinario abierto se dirigía contra el comandante Antonio Romero Mató, quien se negó a cumplir la orden de su superior.

"No parece", ha manifestado el Tribunal Militar Central en relación con la desobediencia del comandante, que "merezca reproche legal alguno, ni siquiera a título de infracción disciplinaria".

Después de que Romero se negase a cumplir la orden, el coronel lo arrestó y destituyó, colocando en su lugar a otro comandante, a quien mandó de nuevo que 23 reclutas sirvieran como camareros en la fiesta de la patrona.

El sustituto de Romero cumplió la orden, por lo que los soldados se vieron obligados a realizar una tarea que, según el auto judicial, contraviene lo dispuesto en la Ley del Servicio Militar.

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