El Banco consolida el control de la inflación y apoya el ajuste fiscal

El Banco de España bajó ayer el tipo de intervención en medio punto en coherencia con los dos principios básicos que guían su política monetaria autónoma: control de la inflación y definición del coste del dinero en los niveles más bajos que, garantizado el primer punto, admita el mercado. El recorte de 0,50 puntos implica corregir una cierta inversión de tipos que se estaba produciendo en la curva de rendimientos (los tipos a largo no deben aproximarse a los tipos a corto) y, además, quedaba una pequeña rebaja pendiente desde el anterior recorte practicado por el Bundesbank....

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El Banco de España bajó ayer el tipo de intervención en medio punto en coherencia con los dos principios básicos que guían su política monetaria autónoma: control de la inflación y definición del coste del dinero en los niveles más bajos que, garantizado el primer punto, admita el mercado. El recorte de 0,50 puntos implica corregir una cierta inversión de tipos que se estaba produciendo en la curva de rendimientos (los tipos a largo no deben aproximarse a los tipos a corto) y, además, quedaba una pequeña rebaja pendiente desde el anterior recorte practicado por el Bundesbank.La archiconocida inversión de tipos y la conexión con el Buba explican por sí mismas el margen del Banco para indicar el camino de una nueva reducción del coste del dinero. Pero no hay que perder de vista la inflación; y por eso la autoridad monetaria mantiene una distancia prudente, de unos tres puntos, en los tipos a corto alemanes. Al final, el margen para bajar tipos que manejan sin tasa los analistas, no deja de ser pura tautología; los tipos de interés se bajan sólo si se pueden bajar, faltaría más. Otra cosa es que los bancos centrales bajen los tipos siempre que puedan hacerlo porque existe margen técnico; en manejar la cuantía y el ritmo temporal de ese margen está su oficio.

Es inevitable que este recorte sea interpretado por algunos como un apoyo del Banco de España al Presupuesto. Tal atribución es legítimo, aunque probablemente resulte excesiva. El Banco de España no apoya este Presupuesto en particular -las insuficiencias y peligros del proyecto del Gobierno para el año que viene son conocidas y públicas-, pero debe contribuir a reforzar la voluntad política de ajuste presupuestario que se puede atisbar tras las cuentas de Rodrigo Rato.

La clave definitiva de un Presupuesto no está en las cifras sobre el papel, aunque a través de ellas se pueda adivinar donde aparecerán los problemas reales (muchos, en este caso), sino en su ejecución, a partir del 1 de enero. Entonces podrá certificarse si el ajuste fiscal del Gobierno es real y creíble.

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