"Peres les dio las armas"

La cólera era palpable en Hacarmel, principal mercado de frutas y verduras de Tel Aviv. Allí nadie responsabilizaba al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de la explosión de violencia que vive Israel y los territorios autónomos palestinos. "¿Quién tiene la culpa?". Es la pregunta obligada. "¿Como que quién tiene la culpa? Pues ese cerdo de Peres [el anterior primer ministro, laborista, que aceleró el proceso de paz con los palestinosl", responde Gomelle Yosi, de unos cuarenta anos, que coloca cuidadosamente sus manzanas. "Siempre dije que era un traidor", apostilla un comerciante veci...

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La cólera era palpable en Hacarmel, principal mercado de frutas y verduras de Tel Aviv. Allí nadie responsabilizaba al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de la explosión de violencia que vive Israel y los territorios autónomos palestinos. "¿Quién tiene la culpa?". Es la pregunta obligada. "¿Como que quién tiene la culpa? Pues ese cerdo de Peres [el anterior primer ministro, laborista, que aceleró el proceso de paz con los palestinosl", responde Gomelle Yosi, de unos cuarenta anos, que coloca cuidadosamente sus manzanas. "Siempre dije que era un traidor", apostilla un comerciante vecino. "¿Quién ha dado las armas a los policías palestinos?", grita Yosi antes de sentenciar: "Simón Peres. Que su memoria sea maldita".Esta escena se repite con pocas variantes en los distintos puestos del mercado. Compradores y vendedores están de acuerdo contra Peres. Nadie cuestiona a su sucesor, Netanyahu, "que ha demostrado a los árabes quién manda en Jerusalén".

La excepción es Sauf Hanania, un vendedor de 70 años, que en voz baja dice: "No digo que Peres tenga razón. Demasiado confiado y razonable. No conoce a los árabes. Pero Netanyahu los conoce aún menos. Hasta un niño podía haber predicho la explosión que iba a provocar la apertura del túnel".

La manifestación convocada por Paz Ahora anoche en Tel Aviv fue el contrapunto. Entre 20.000 y 30.000 manifestantes, muchos de ellos jóvenes estudiantes o viejos militantes de izquierdas, corearon, sin demasiada hostilidad consignas como "Bibi [Netanyahu], dimisión" o "Bibi, no tienes vergüenza".

Gad, un ingeniero de la construcción de 60 años, dirige su cólera contra Arafat y Netanyahu: "Arafat ha desatado un incendio que ahora no consigue apagar, pero la cerilla se la ha dado Netanyahu. Pero lo que más me inquieta es ver que Netanyahu no parece tener política alguna, ningún plan o estrategia".

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