Vidal-Quadras pierde el apoyo de la cúpula del PP para liderar el partido en Cataluña

Aleix Vidal-Quadras ha perdido la confianza de la dirección nacional del Partido Popular para liderar de nuevo el PP de Cataluña. El público alejamiento de Vidal Quadras respecto de la estrategia de la cúpula del PP, consistente en cuidar el apoyo que CiU presta al Gobierno, le ha convertido, a ojos de los máximos responsables del partido, en un dirigente sin el sentido le la responsabilidad que consideran exigible a un líder autonómico. Si decide presentarse a la reelección, en el congreso autonómico del 28 de septiembre, se encontrará enfrente con una candidatura rival.

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Aleix Vidal-Quadras ha perdido la confianza de la dirección nacional del Partido Popular para liderar de nuevo el PP de Cataluña. El público alejamiento de Vidal Quadras respecto de la estrategia de la cúpula del PP, consistente en cuidar el apoyo que CiU presta al Gobierno, le ha convertido, a ojos de los máximos responsables del partido, en un dirigente sin el sentido le la responsabilidad que consideran exigible a un líder autonómico. Si decide presentarse a la reelección, en el congreso autonómico del 28 de septiembre, se encontrará enfrente con una candidatura rival.

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Tras sus últimas declaraciones públicas y por escrito, Vidal-Quadras ha desbordado la paciencia de quienes en el comité ejecutivo del PP aseguran no haberle oído en ese órgano del partido las opiniones que ha vertido en una universidad de verano y en medios de comunicación. Para los máximos dirigentes del PP, entre ellos Francisco Álvarez Cascos y Ángel Acebes, Vidal-Quadras ha mostrado "una total falta de responsabilidad" al dañar con sus comentarios la relación del Gobierno con CiU, y además desde su condición de presidente del PP catalán. Esa irresponsabilidad cuestiona su capacidad y competencia para volver a ser el líder del partido en Cataluña, según uno de los hombres de máxima confianza de José María Aznar.Éste ha convertido en mensaje político la disculpa de que apenas cuenta con un hueco libre para recibir a Vidal-Quadras. La realidad, según el entorno del presidente del Gobierno, es que Aznar no puede tolerar que alguien le fuerce públicamente a concertar una audiencia como ha hecho Vidal-Quadras, a quien endosan la responsabilidad de cerrarse él mismo las puertas de La Moncloa. El líder del Partido Popular catalán había declarado días atrás que sólo Aznar dispone de la autoridad moral y política para dirimir si él debe presentarse o no a la reelección, lo que se prestaba a ser interpretado como una muestra de desdén hacia el secretario general y el coordinador general del partido.

Vidal-Quadras se ha enfrentado de forma irreversible a la cúpula del PP al cultivar las discrepancias en vez de las coincidencias con Convergéncia i Unió, hasta el punto de que le recriminan "boicotear" con sus comentarios los acuerdos laboriosamente alcanzados con Jordi Pujol. Unos acuerdos que son vitales para la estabilidad del Gobierno.

Según algunos dirigentes del PP, Aleix Vidal-Quadras no habría encontrado los problemas con los que se encuentra ahora si en sus intervenciones se hubiera limitado a marcar las diferencias con los nacionalistas, en vez de caracterizarles como insidiosos o como un tumor. Aunque a estas alturas del enfrentamiento, consideraciones de este tipo resultan periféricas. El núcleo del asunto estriba, visto desde la perspectiva de Génova 13 (sede central del PP), en que la autonomía de vuelo le ha llevado a Vidal-Quadras a situarse a una distancia en la que resulta ya muy difícil conservar la sintonía.

Desde esa sede se le han empezado a enviar mensajes para que evalúe el respaldo de votos con que cuenta antes de lanzarse a la carrera para la reelección. Una forma de advertirle que no es el candidato que contará con la plena confianza de la dirección nacional del partido, y que si decide presentarse se encontrará enfrente con una candidatura rival. Si bien, públicamente, los dirigentes nacionales ni van a invitarle a que renuncie a la reelección ni van a señalar un candidato oficial, al menos por el momento. Hasta ahora prefieren limitarse a revestir de "naturalidad" la posibilidad de que lleguen a enfrentarse dos listas alternativas, lo cual ya es significativo.

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El comité ejecutivo nacional del PP no tiene previsto realizar ninguna reunión antes del 9 de septiembre. Para esas mismas fechas está prevista la asamblea de los mil compromisarios que constituirán el congreso del PP catalán en el que será elegida la nueva dirección.

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