Entrevista:

"Vender el primer cuadro en Madrid es difícil"

Cuando era una niña, jugaba con pinceles. A los 12 años, sus padres decidieron matricularla en una academia de pintura y que desarrollara así sus dotes artísticas. La niña fue creciendo entre caballetes y olor a pintura. Así que cuando a Ana Azpeitia le llegó la hora de ir a la universidad no titubeó ni un instante: estudiaría Bellas Artes. Ahora, con 24 años, esta madrileña celebra dos triunfos: su titulo de licenciada y el Premio Arte Joven de la Comunidad como artista revelación del año, dotado con 275.000 pesetas limpias ya de impuestos. Esta concesión le fue otorgada por un cuadro del Pal...

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Cuando era una niña, jugaba con pinceles. A los 12 años, sus padres decidieron matricularla en una academia de pintura y que desarrollara así sus dotes artísticas. La niña fue creciendo entre caballetes y olor a pintura. Así que cuando a Ana Azpeitia le llegó la hora de ir a la universidad no titubeó ni un instante: estudiaría Bellas Artes. Ahora, con 24 años, esta madrileña celebra dos triunfos: su titulo de licenciada y el Premio Arte Joven de la Comunidad como artista revelación del año, dotado con 275.000 pesetas limpias ya de impuestos. Esta concesión le fue otorgada por un cuadro del Palacio de Cristal vestido con andamios en tonos tostados, sienas y azules, en el que invirtió unas cinco horas, dentro del concurso de pintura rápida, que cada año se organiza en el parque del Retiro.Pregunta. ¿Esperaba un premio tan pronto?

Respuesta. Pues la verdad es que no. Acabo de terminar la carrera y para mí ha sido una sorpresa porque se presentaron como mil personas. A mí me interesaba ganar, pero reconozco que dentro del mundillo del arte este premio no está muy bien considerado.

P. ¿Para un pintor es difícil abrirse camino en Madrid?

R. Para todo el que empieza, como es mi caso, siempre es más difícil porque no sabes a qué puertas tienes que llamar. Hasta que vendes tu obra siempre pasa mucho tiempo. Vender el primer cuadro en Madrid es difícil, aunque aquí siempre es más fácil porque hay una amplia oferta de galerias de arte. Pero es complicado.

P. ¿Ha pensado en abandonar los pinceles?

R. Cuando estudiaba la carrera varias veces estuve a punto de hacerlo, porque no me gustaba mucho ese ambiente bohemio. Por el hecho de ser artista tienes que ir con una determinada pose, y entiendo que es una profesión como otra cualquiera.

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P. ¿Usted pinta para vender?

R. Siempre trabajas para que alguien se quede tu obra, pero la mía no entra dentro de lo que se entiende por comercial. Va por otros derroteros, es más simbólica y conceptual. En la Facultad nos ponen siempre el modelo natural para que practiquemos, pero a mí, por ejemplo, pintar paisajes no me interesa demasiado y eso es lo que más vende.

P. ¿Qué le inspira de la ciudad?

R. Más que los paisajitos y las vistas bonitas de Madrid, me interesa sobre todo el casco antiguo. Me gusta pintar los tejados de la parte vieja, con sus antenas destartaladas, y también los monumentales atascos. Entiendo que eso no es lo que quiere la gente, porque a muy poca le apetece tener un atasco colgado de la pared. Es un reto intentar sacar algo bello de algo feo.

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