El albergue de los refugiados bosnios en Leganés será demolido

El Numancia tiene los días contados. El Ayuntamiento de Leganés ha acordado demoler el albergue donde convivieron durante tres años un centenar de refugiados bosnios. Si los plazos previstos por la Concejalía de Urbanismo se cumplen, en agosto las excavadoras derribarán los tres edificios que componen el recinto. No le ha salvado ni el ser el único inmueble de Leganés que ha recibido la visita de la reina doña Sofía, ni que Felipe González, cuando era presidente, compartiera mesa y mantel con los refugiados.

Según el Ayuntamiento, las instalaciones no son rentables porque están muy ...

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El Numancia tiene los días contados. El Ayuntamiento de Leganés ha acordado demoler el albergue donde convivieron durante tres años un centenar de refugiados bosnios. Si los plazos previstos por la Concejalía de Urbanismo se cumplen, en agosto las excavadoras derribarán los tres edificios que componen el recinto. No le ha salvado ni el ser el único inmueble de Leganés que ha recibido la visita de la reina doña Sofía, ni que Felipe González, cuando era presidente, compartiera mesa y mantel con los refugiados.

Según el Ayuntamiento, las instalaciones no son rentables porque están muy alejadas del casco urbano y porque se trata de edificios prefabricados. El Numancia se construyó como colegio hace más de veinte años junto a la carretera de Toledo, justo en el límite municipal con Madrid. Con el descenso de escolares fue el primer centro que cerró sus puertas en este municipio en 1992. Pero a finales de ese año volvió a abrirse como albergue para acoger a los bosnios que huían de la guerra. Venían para seis meses, pero tuvieron que resistir tres años.

Pasada la euforia de la solidaridad, los últimos tiempos fueron duros porque las aportaciones disminuyeron y el Numancia no reunía los requisitos que se necesitaban para integrar a las familias. Progresivamente, se las fue trasladando a viviendas diseminadas por todo el territorio nacional. Algunas familias se marcharon de España. Las últimas nueve salieron del Numancia en febrero de este mismo año.

La noticia de la demolición ha sido recibida con tristeza por algunos de sus antiguos moradores. Zoran Mocevic, un joven que vive con sus padres y su hermana en Cebreros (Ávila), señala que a pesar de los lógicos problemas de convivencia que surgieron "me da pena que desaparezca el primer lugar que conocí de España". El Ayuntamiento ha destinado casi cinco millones de pesetas para la demolición. Los sanitarios y los cercos de las ventanas se han retirado para ser aprovechados.

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