Cartas al director

El motorista

Por fin el Gobierno del Partido Popular nos ha devuelto, después de 20 años y de nuevo en Pasa a la página siguiente Viene de la pagina anterior democracia, la figura del motorista. (Para los lectores más jóvenes: el motorista era, en los felices años de la diestra en alto,quien llevaba al agraciado los ceses fulminantes, sin apelación ni aviso previo). En las últimas semanas el democrático motorista ha visitado a figuras de primer orden, como Adolfo Marsillach, que llevaba 10 años de magnífica labor al frente de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, y a Elena Salgado, director...

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Por fin el Gobierno del Partido Popular nos ha devuelto, después de 20 años y de nuevo en Pasa a la página siguiente Viene de la pagina anterior democracia, la figura del motorista. (Para los lectores más jóvenes: el motorista era, en los felices años de la diestra en alto,quien llevaba al agraciado los ceses fulminantes, sin apelación ni aviso previo). En las últimas semanas el democrático motorista ha visitado a figuras de primer orden, como Adolfo Marsillach, que llevaba 10 años de magnífica labor al frente de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, y a Elena Salgado, directora de la Fundación Teatro Lírico.Debemos reconocer que el motorista de la doble ministra está demostrando gran cultura y, exquisita educación. Respeto y cultura, elegancia y educación quedaron en estos días de julio en evidencia con el envío del motorista (encarnado en Miguel Angel Cortés, apellido ideal para el caso) a Elena Salgado. A ese linchamiento, vergonzosa ejecución pública, llamó "salir por la puerta grande", uno de sus promotores (entrevista del 29 de mayo, al actual director del Instituto Nacional para las Artes Escénicas y la Música, en EL PAÍS). ¡Hubiera sido tan elegante, y tan justo, confirmar a Marsillach en la dirección del Teatro Clásico, y permitir al presidente de la Comunidad de Madrid cumplir su compromiso con Elena Salgado! Pero no estamos hablando de elegancia, de educación, y menos aún de cultura.-

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