Mayor pide en Rabat ayuda contra la inmigración ilegal y el narcotráfico

El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, y su homólogo marroquí, Driss Basri, acordaron ayer en Rabat (Marruecos) constituir una comisión de cinco miembros por cada lado para estudiar soluciones al problema de la inmigración ilegal. Ambos ministros del Interior también decidieron celebrar una cumbre bilateral el próximo mes de octubre en Madrid para analizar medidas contra el narcotráfico.

José Ramón Ónega, director general de Política Interior y cuatro miembros de la Comisaría General de Documentación y Extranjería compondrán la comisión española que abordará el problema de la inmi...

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El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, y su homólogo marroquí, Driss Basri, acordaron ayer en Rabat (Marruecos) constituir una comisión de cinco miembros por cada lado para estudiar soluciones al problema de la inmigración ilegal. Ambos ministros del Interior también decidieron celebrar una cumbre bilateral el próximo mes de octubre en Madrid para analizar medidas contra el narcotráfico.

José Ramón Ónega, director general de Política Interior y cuatro miembros de la Comisaría General de Documentación y Extranjería compondrán la comisión española que abordará el problema de la inmigración ilegal con otros cinco representantes del Gobierno marroquí. Su primera reunión se celebrará el próximo 1 de septiembre. Pero, aparte de eso, no parece que la reunión Mayor-Basri se haya saldado con medidas más pragmáticas.Los anteriores gobiernos socialistas, y ahora el del PP, han solicitado desde 1992 a Marruecos que readmitiera a más de 600 inmigrantes ilegales que entraron en España desde territorio marroquí . Sin embargo, Rabat únicamente accedió a la petición española en cinco casos y rechazó los demás alegando que no había pruebas documentales de que esas personas hubieran pasado a España desde suelo marroquí, según fuentes diplomáticas. Como los inmigrantes suelen destruir su documentación, esta prueba nunca podrá ser aportada.

La razón de peso que incita a las autoridades marroquíes a desestimar las peticiones españolas para readmitir a los inmigrantes ilegales es, sin embargo, de otra naturaleza. Rabat se resiste a reconocer la soberanía española sobre Ceuta y Melilla, que considera que son parte integrante de Marruecos. Rechazar las solilcitudes equivale a reiterar su revindicación sobre ambas ciudades.

Lo mismo sucede, por ejemplo, con las comisiones rogatorias que magistrados de Melilla o Ceuta envían a Marruecos. La justicia del país vecino no las suele tramitar, mientras sí acepta las que proceden de jueces de Sevilla o Barcelona.

Controles fronterizos

En Madrid, ni Exteriores ni Interior se hacen ilusiones sobre la cooperación marroquí para readmitir a inmigrantes ilegales. Confían, a lo sumo, en que el ministro del Interior, Driss Basri, acceda a reforzar los controles fronterizos en torno a las plazas de soberanía españolas.En su día, Marruecos prometió al entonces ministro José Luis Corcuera y más tarde a la viceministra Margarita Robles reforzar los controles para impedir la inmigración ilegal, así como a readmitir a los extranjeros de terceros países que hubieran pasado a España desde suelo marroquí. Sin embargo, los gobiernos socialistas siempre se quejaron de que las promesas resultaban siempre incumplidas.

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Para solucionar el problema no basta, sin embargo, con que Rabat incremente los efectivos policiales, sino que, además, debe cuidar de que éstos no sean corruptos, según fuentes diplomáticas.

El otro problema que preocupa a las autoridades españolas es el narcotráfico y las redes mafiosas que operan en territorio marroquí, desde donde. controlan principalmente la introducción de hachís a España.

Durante el mandato del socialista Juan Alberto Belloch se mejoró la cooperación entre Rabat y Madrid mediante enlaces policiales en la capital marroquí. Oficialmente se mantiene que la colaboración ha mejorado desde entonces, aunque "todavía falta mucho", según matizan expertos en lucha contra. los estupefacientes.

El viernes pasado, el ministro Driss Basri se reunió con los embajadores de la Unión Europea en Rabat y les comunicó que su Gobierno está dispuesto a erradir las plantaciones de cannabis en consonancia con la ayuda económica que la UE esté dispuesta a prestar a Marruecos.

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