Yeltsin promete defender a los rusos del Báltico

El presidente ruso, Borís Yeltsin, buscó el voto de los nacionalistas y de los marinos con la promesa de un rápido rearme de la Marina y la defensa de los derechos de los cientos de miles de rusohablantes que viven en las repúblicas del Báltico que pertenecieron a la URSS. Yeltsin visitó el enclave de Kaliningrado, situado entre Lituania y Polonia, en la primera de sus giras preelectorales ante la segunda vuelta de las presidenciales, el 3 de julio.

En el presupuesto habrá una partida especial para los gastos de la Marina que permitirá tanto "mantener la capacidad combativa de las fuerz...

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El presidente ruso, Borís Yeltsin, buscó el voto de los nacionalistas y de los marinos con la promesa de un rápido rearme de la Marina y la defensa de los derechos de los cientos de miles de rusohablantes que viven en las repúblicas del Báltico que pertenecieron a la URSS. Yeltsin visitó el enclave de Kaliningrado, situado entre Lituania y Polonia, en la primera de sus giras preelectorales ante la segunda vuelta de las presidenciales, el 3 de julio.

En el presupuesto habrá una partida especial para los gastos de la Marina que permitirá tanto "mantener la capacidad combativa de las fuerzas navales estratégicas" como "garantizar la construcción de nuevos buques y el desarrollo de la flota de guerra", declaró ayer Yeltsin en Baltíisk, a 1.336 kilómetros al oeste de Moscú y que hasta 1946 conservó su nombre alemán de Pillau.Yeltsin eligió este puerto del enclave de Kaliningrado -separado de Rusia por territorio lituano y bielorruso- para ejercitarse en la retórica nacionalista. "Kaliningrado ha sido y continuará siendo tierra rusa. Nadie debe tener dudas al respecto", señaló Yeltsin. "Como presidente, les digo a todos los kaliningradenses: no toleraremos ninguna pretensión territorial" sobre esta provincia.

El presidente también se refirió a les ignorados derechos de los rusohablantes que viven en las repúblicas del Báltico. "Desgraciadamente, en Letonia y Estonia casi la tercera parte de los habitantes de esas repúblicas se ha visto privada de ciudadanía", manifestó Yeltsin, al tiempo que reconoció que en Lituania es donde "este problema [de los rusohablantes] se ha resuelto de la forma más civilizada".

Yeltsin hizo un discurso nacionalista y armamentista en Baltíisk, lo que es comprensible si se tiene en cuenta que la cuarta parte de los habitantes de Kaliningrado está compuesta por militares y sus familias, y que en el resto de la población el sentimiento ruso se ve exacerbado por la condición de enclave de la provincia.

Brillante futuro

"Fue aquí, en la región del Báltico, donde Rusia se consolidó como una gran potencia marítima. Y nuestro país seguirá cumpliendo este papel. Estoy seguro de que Rusia y los rusos tienen un brillante futuro y que éste no está lejos. Los fundamentos para este brillante futuro los conocemos: libertad y orden", declaró Yeltsin, utilizando el lema de la campaña electoral del general Alexandr Lébed, ahora un aliado suyo al que no podía dejar de referirse.El presidente confesó tener "especiales esperanzas" en Lébed, el flamante secretario del Consejo de Seguridad. "Su tenacidad, profesionalismo y experiencia contribuirán a que las Fuerzas Armadas sean dignas de Rusia", manifestó.

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El movimiento reformista Yábloko del economista Grigori Yavlinski, que obtuvo más de cinco millones de votos en la primera vuelta, decidió ayer brindar un apoyo condicionado a Yeltsin el 3 de julio. Entre las condiciones figuran la limitación de los poderes presidenciales y el cese de las hostilidades en Chechenia.

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