La abultada cuenta suiza

Las cuentas secretas abiertas en el banco CBI-TDB de Ginebra en 1988 por Urralburu y Aragón son objeto de investigación por parte de la justicia navarra desde hace meses. El juez Juan Manuel Fernández, que instruyó el grueso de la trama navarra del caso Roldán, envió el pasado otoño dos comisiones rogatorias al juez suizo Paul Perraudin.Los abogados de Urralburu y Aragón en Suiza vieron rechazado hace escasas semanas un primer recurso ante la Cámara de Acusación de Ginebra contra una de estas comisiones rogatorias, dentro de una cadena de actuaciones tendentes a evitar la llegada a Pamp...

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Las cuentas secretas abiertas en el banco CBI-TDB de Ginebra en 1988 por Urralburu y Aragón son objeto de investigación por parte de la justicia navarra desde hace meses. El juez Juan Manuel Fernández, que instruyó el grueso de la trama navarra del caso Roldán, envió el pasado otoño dos comisiones rogatorias al juez suizo Paul Perraudin.Los abogados de Urralburu y Aragón en Suiza vieron rechazado hace escasas semanas un primer recurso ante la Cámara de Acusación de Ginebra contra una de estas comisiones rogatorias, dentro de una cadena de actuaciones tendentes a evitar la llegada a Pamplona de tal información. Diversos rotativos suizos han publicado que Urralburu y Aragón podrían poseer unos 250 millones de pesetas en un fondo fiduciario del Banco Cantonal de Ginebra. Al parecer, ambos ex dirigentes trasladaron sus depósitos en el verano de 1994 a la sociedad administradora de fortunas Aubert, a la que otorgaron poderes en junio de 1994.

Según la documentación Suiza de esa trama, Gabriel Urralburu efectuó un depósito el 26 de marzo de 1993 en el banco CBI-TDB a favor de Luis Roldán por valor de 140.253 marcos alemanos (unos diez mil millones de pesetas).

Medios periodísticos helvéticos han señalado que en esas cuentas se habría ingresado unos 75 cheques provenientes de los abgados suizos Ulrich Kohli y Alois Dobler, así como otros 35 cheques con el mismo origen que sumaban unos 15 millones de marcos alemanes. Esos letrados declararon al juez Perraudin que adquirieron los cheques en la Unión de Bancos Suizos a petición de Siemens.

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