GENTE

ENERGÍA Y SEGURIDAD

La diputada conservadora británica, del sector de los euroescépticos, Teresa Gorman criticó que la Comisión de la Unión Europea gaste tanta energía en ordenar inflar, llenar de agua, intentar cortar en trozos e insertar reglas en los condones para comprobar que son seguros y establecer las rígidas normas que regirán desde el próximo agosto. "Ya no es el Estado niñera, sino el Estado paternalista-machista. Es una desgracia que el dinero de los contribuyentes se emplee así, además de que puede llegar un momento en que los fabricantes de condones sean perseguidos por la excitación de los u...

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La diputada conservadora británica, del sector de los euroescépticos, Teresa Gorman criticó que la Comisión de la Unión Europea gaste tanta energía en ordenar inflar, llenar de agua, intentar cortar en trozos e insertar reglas en los condones para comprobar que son seguros y establecer las rígidas normas que regirán desde el próximo agosto. "Ya no es el Estado niñera, sino el Estado paternalista-machista. Es una desgracia que el dinero de los contribuyentes se emplee así, además de que puede llegar un momento en que los fabricantes de condones sean perseguidos por la excitación de los usuarios", afirmó. Gorman recordó en el periódico The Sunday Times que la versión inglesa de la reglamentación sobre el EN600, condón normalizado europeo (170 milímetros de longitud y de 44 a 50 milímetros de diámetro), consta de 50 páginas que incluyen exhaustivos detalles de cómo probar la idoneidad del producto, además de tablas, diagramas y apéndices. La normativa establece, por ejemplo, según la diputada, que el preservativo debe inflarse hasta que estalle, pero sin dejar de anotar el volumen y la presión del aire mientras, que la prueba debe hacerse a 25 grados y con un 55% de humedad. "Los burócratas de Bruselas no han querido dejar nada al destino", añade irónicamente la diputada.-

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