"Sólo Dios sabe lo que nos espera".

El terror a los bombardeos israelíes convierte en región fantasma el sur de Líbano

La artillería y la aviación israelíes seguían machacando ayer los talones de los cientos de miles de libaneses que huían de todas partes del país, y por cuarto día consecutivo, hacia Beirut, con sus calles llenas de gente en busca de refugio. El grueso de la diáspora procedía de la bíblica Tiro, sometida a un ultimátum de evacuación por los atacantes del sur y convertida a los 5.000 años de su fundación en una ciudad fantasma. "Sólo Dios sabe qué es lo que nos espera", comentaba resignadamente un hombre mientras cargaba sus escasas pertenencias en un destartalado coche. Israel no ahorra m...

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La artillería y la aviación israelíes seguían machacando ayer los talones de los cientos de miles de libaneses que huían de todas partes del país, y por cuarto día consecutivo, hacia Beirut, con sus calles llenas de gente en busca de refugio. El grueso de la diáspora procedía de la bíblica Tiro, sometida a un ultimátum de evacuación por los atacantes del sur y convertida a los 5.000 años de su fundación en una ciudad fantasma. "Sólo Dios sabe qué es lo que nos espera", comentaba resignadamente un hombre mientras cargaba sus escasas pertenencias en un destartalado coche. Israel no ahorra medios para limpiar el sur de Líbano de los milicianos proiraníes de Hezbolá, aunque ayer pareció tender un amo de olivo al enemigo al ofrecer una tregua a cambio del fin e la lluvia de los cohetes Katyusha.

Pero los milicianos stán crecidos y las noticias de su intenso bombardeo de ayer del norte de Líbano eran acogidas con aplausos en los refugios. "Todos somos de Hezbolá", proclamaba un joven que repartía pan a unos niños. "Sí, todos estamos dispuestos a morir luchando contra Israel", le respondían.

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