Gorbachov, candidato a la presidencia de Rusia tras reunir un millón de firmas

La Comisión Electoral Central (CEC) de Rusia registró ayer oficialmente a Mijaíl Gorbachov como candidato a los comicios presidenciales del próximo 16 de junio. De este modo, el ex líder soviético, se convirtió en el cuarto candidato (entre los 78 aspirantes iniciales) que ha superado satisfactoriamente el trámite de reunir un millón de firmas de apoyo, tras el comunista Guennadi Ziugánov; el actual jefe del Estado, Borís Yeltsin, y el ultranacionalista VIadímir Zhirinovski. El plazo para entregar las fumas concluye el martes.

"De los tres mosqueteros, el más importante era el cuarto, D...

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La Comisión Electoral Central (CEC) de Rusia registró ayer oficialmente a Mijaíl Gorbachov como candidato a los comicios presidenciales del próximo 16 de junio. De este modo, el ex líder soviético, se convirtió en el cuarto candidato (entre los 78 aspirantes iniciales) que ha superado satisfactoriamente el trámite de reunir un millón de firmas de apoyo, tras el comunista Guennadi Ziugánov; el actual jefe del Estado, Borís Yeltsin, y el ultranacionalista VIadímir Zhirinovski. El plazo para entregar las fumas concluye el martes.

"De los tres mosqueteros, el más importante era el cuarto, D'Artagnan", manifestó jocosamente Gorbachov ante la CEC, que le entregó las credenciales que le permiten comenzar abiertamente su campaña preelectoral y beneficiarse de las facilidades previstas por la ley.Los sondeos aseguran que Gorbachov tiene muy pocas posibilidades de clasificarse para una segunda vuelta. Sin embargo, el ex presidente se encuentra en plena forma y rechaza de plano los consejos de quienes le recomiendan convertirse en un Deng Xiaoping para la llamada tercera fuerza, es decir, un personaje sin cargo, pero con poder entre bastidores para avalar al economista Grigori Yavlinski, al oculista Sviatoslav Fiódorov y al general Alexandr Lébed. Estos políticos, aspirantes todos ellos a la presidencia de Rusia, se han presentado como una alternativa al esquema bipolar de la campaña -Ziugánov contra Yeltsin-, pero carecen de experiencia en el ejercicio del poder y no han logrado coordinarse entre sí.

Mientras tanto, el escándalo en torno al caso del multimillonario Vladímir Brintsálov, rechazado como candidato a la presidencia, por la CEC pese a un veredicto del Tribunal Supremo en su favor, entraba ayer en una nueva fase, después de que la instancia judicial más alta del país tratara de crear una apariencia de normalidad legal y congelara el fallo que emitió dos días antes bajo la forma de decisión "definitiva que no puede ser impugnada".

Brintsálov, un potentado que dirige un imperio farmacéutico, fue rechazado el pasado marzo por la CEC, que alegó defectos en la recogida de firmas. El multimillonario, que además es diputado de la Duma Estatal, llevó el caso al Tribunal Supremo y éste le dio la razón. Sin embargo, el viernes, cuando intentó registrarse como candidato, la CEC volvió a rechazarlo alegando que el veredicto del Tribunal Supremo no era vinculante. Eso sucedió después de que el fiscal general de Rusia, Yuri Skurátov, se manifestara en el mismo sentido ante la Duma Estatal el viernes, cuando se entrevistó con Yeltsin.

Desafío a la ley

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Numerosos juristas y políticos condenaron la actitud sin precedentes de la CEC y el desafío abierto a la ley que comporta. Asimismo, cuestionaron la independencia del fiscal general, que se formó en la provincia de SverdIovsk, en los Urales, la patria chica de Yeltsin, y que hasta ahora había sido muy cauteloso.En el transfondo del asunto muchos observadores han visto un intento deliberado de la CEC de limitar el número de candidatos, después de que la campaña de recogida de firmas haya evidenciado que, con dinero y organización, resulta relativamente fácil reunir un- millón de rúbricas. El jefe de la CEC, Nikolái Riabov, se ha permitido opiniones negativas en contra de la existencia de un gran número de candidatos.

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