Torres Blancas... y publicitarias

Un anuncio de cerveza se instala en el edificio de Oiza

CH. N. / A. A. Pudo más la necesidad tesorería que el carácter emblemático del edificio. Tras varias tentativas los vecinos de Torres Blancas han aceptado ceder su tejado a una firma de cervezas para que anuncie su producto. Lo hará a los cuatro vientos, a 22 pisos de altura so bre el suelo, día y noche: la valla se iluminará con el ocaso.

"Algunos vecinos decían que un anuncio restaría categoría a la casa, pero al final ha ganado la cosa monetaria. Este edificio tiene muchos gastos de comunidad y, gracias a lo que nos pagan por poner el luminoso, nosotros tendremos que pagar menos de m...

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CH. N. / A. A. Pudo más la necesidad tesorería que el carácter emblemático del edificio. Tras varias tentativas los vecinos de Torres Blancas han aceptado ceder su tejado a una firma de cervezas para que anuncie su producto. Lo hará a los cuatro vientos, a 22 pisos de altura so bre el suelo, día y noche: la valla se iluminará con el ocaso.

"Algunos vecinos decían que un anuncio restaría categoría a la casa, pero al final ha ganado la cosa monetaria. Este edificio tiene muchos gastos de comunidad y, gracias a lo que nos pagan por poner el luminoso, nosotros tendremos que pagar menos de mensualidad", explicaba ayer una vecina del edificio, ubicado entre la calle del Corazón de María y la avenida de América. La firma cervecera que instala la publicidad dispone de otro anuncio gigantesco en la glorieta de Atocha. Este periódico intentó ayer, sin éxito, conocer los motivos de la compañía para elegir los emplazamientos y los presupuestos dedicados a ello.Torres Blancas se une ahora al racimo de edificios que surgen, rematados por anuncios luminosos, al llegar a Madrid desde la carretera de Barcelona. Poco antes, el conductor recibe la bienvenida de un refresco.

Torres Blancas es uno de los inmuebles a los que el nuevo plan de urbanismo otorgará algún grado de protección. Construido en 1968, tiene, entre otras particularidades, la profusión de curvas.El autor de Torres Blancas, el arquitecto Francisco Javier Sáenz de Oiza, lo encaja con calma: "Es inevitable que se pongan anuncios por todas partes, tanto sobre un edificio como en medio de una película. Uno lo asume todo, lo sufre como inevitable. A este paso, a lo mejor acaban poniéndole franjas de publicidad a Goya en La Familia de Carlos IV", apostilla el arquitecto.

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