Una cuestión ideológica
Ni en el Partido Popular ni siquiera entre los socialistas hay unanimidad de criterios sobre los límites del desarrollo autonómico.Ello se ha puesto de relieve estos días, en que el PP aborda el núcleo duro de la negociación autonómica con los partidos nacionalistas catalanes y vascos.
El Partido Popular ha tenido que dar un giro copernicano a su política y ya no sólo se va a ver obligado a renunciar a su pretensión programática de cerrar el proceso autonómico en dos legislaturas, sino que va a tener que lidiar con los aspectos más conflictivos de la negociación autonómica con lo...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Ni en el Partido Popular ni siquiera entre los socialistas hay unanimidad de criterios sobre los límites del desarrollo autonómico.Ello se ha puesto de relieve estos días, en que el PP aborda el núcleo duro de la negociación autonómica con los partidos nacionalistas catalanes y vascos.
El Partido Popular ha tenido que dar un giro copernicano a su política y ya no sólo se va a ver obligado a renunciar a su pretensión programática de cerrar el proceso autonómico en dos legislaturas, sino que va a tener que lidiar con los aspectos más conflictivos de la negociación autonómica con los nacionalistas por necesidades de, gobernabilidad.
Los recelos de Fraga
El presidente de la Xunta gallega y presidente fundador del Partido Popular, Manuel Fraga, se ha presentado como abanderado de los: recelos conservadores..
Pero en las filas del PSOE tampoco hay un criterio homogéneo sobre la forma de afrontar esta etapa avanzada del desarrollo autonómico que le va a tocar seguir desde los escaños de la oposición..
Un sector del partido socialista, en el que destacan ministros como José Borrell, José Antonio Griñán o dirigentes como Francisco Vázquez ó Alfonso Guerra son reacios a tocar ese núcleo duro de la Seguridad Social o las infraestructuras.
Este sector del PSOE teme que afecte a la cohesión social de España, que se convierta en un problema ideológico,. ante el que los nacionalismos periféricos, como el catalán o vasco, o el partido conservador, no ponen trabas.
Pero no sucede lo mismo a otros ex ministros como Jerónimo Saavedra o al actual de Administraciones Públicas, Joan Lerma, o al propio ex vicepresidente de Gobierno, Narcís Serra, cuyas marcadas posiciones autonomistas les hace menos temerosos de las amenazas a la cohesión social. El debate ideológico está pendiente en ambas formaciones.