Vía libre al túnel de Bailén al no encontrarse la muralla árabe

La muralla árabe que defendía Madrid en el siglo XI no frenará a las excavadoras en el XX. Los 25 expertos que catan desde hace dos años las entrañas de la plaza de Oriente y de la calle de Bailén reconocen no haber encontrado ni rastro de este monumento. Sus informes ya están en manos del Ayuntamiento y de la Dirección Regional de Patrimonio. Por lo tanto, si no han topado con la muralla ni con restos históricos de importancia, las máquinas excavadoras recibirán el beneplácito de Patrimonio para que abran en canal la calle de Bailén. José María Álvarez del Manzano quiere excavar un túnel fren...

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La muralla árabe que defendía Madrid en el siglo XI no frenará a las excavadoras en el XX. Los 25 expertos que catan desde hace dos años las entrañas de la plaza de Oriente y de la calle de Bailén reconocen no haber encontrado ni rastro de este monumento. Sus informes ya están en manos del Ayuntamiento y de la Dirección Regional de Patrimonio. Por lo tanto, si no han topado con la muralla ni con restos históricos de importancia, las máquinas excavadoras recibirán el beneplácito de Patrimonio para que abran en canal la calle de Bailén. José María Álvarez del Manzano quiere excavar un túnel frente al Palacio Real.Según las investigaciones de Ester Andreu y Manuel Retuerce, directores de las excavaciones, la muralla hace casi dos siglos que dejó de erigirse sobre la actual calle de Bailén. La teoría, que a raíz de sus trabajos mantienen, es la siguiente: José Bonaparte, en el siglo XIX, decidió abrir una vía urbana (Bailén) entre el palacio y el entonces llamado cerro Rebeque (donde ahora está la calle de Requena). Para ello, tuvo que desmochar el cerro y derribar las edificaciones cercanas. En esta zona se encontraba en aquellos años la muralla.

Veinte tumbas

Al escudriñar el subsuelo los arqueólogos han encontrado las laderas del cerro y los sótanos de dos de los edificios derribados: la Casa del Tesoro (dependencias para el personal del palacio) y el convento de San Gil. De éste último, el derribo arrasó hasta sus muros más profundos. Sólo la cripta, excavada en las laderas del cerro, y donde descansaban los restos de una veintena de monjes, se salvó de la destrucción. Ahora sus cuerpos, que han vuelto a ver la luz tras varios siglos, serán llevados a la Universidad Autónoma para su estudio.

Los trabajos arqueológicos acabarán dentro de unos dos meses. En ese momento, los expertos elevarán su informe definitivo a Patrimonio. Este organismo, ante la falta de restos históricos de importancia, dará el permiso para que empiecen las obras del túnel. Los objetos encontrados en las excavaciones serán apilados en los almacenes de la Comunidad, a la espera de que algún día sean expuestos.

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Por otra parte, el grupo municipal socialista pidió ayer en el pleno que el Ayuntamiento ayude a los comerciantes del entorno de la plaza de Oriente. Hasta ahora, las ayudas -en realidad una rebaja en el Impuesto de Actividades Económicas- son sólo para los comercios situados en la plaza. "Los de las plazas de Isabel II, Marina y Ramales también se ven afectados", arguyó Eugenio Morales, del PSOE. El alcalde admitió que se estudiaría la cuestión.

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