General Motors comprará piezas a proveedores sin dañar sus empleos

Los trabajadores de General Motors en Dayton ratificaron ayer con un 99% de los votos el acuerdo alcanzado el jueves por la empresa y el Sindicato UAW por el que se puso fin a una huelga de 18 días que paralizó la producción de vehículos de GM en EE UU. Los trabajadores salvaron sus objetivos a corto plazo, pero General Motors ha conseguido imponer un precedente en la compra de piezas a proveedores que ofrecen costes de producción inferiores a los de la marca.Según el acuerdo, GM podrá adquirir sistemas de frenado de la empresa Robert Bosch para dos tipos de automóvil, el Chevrolet Camaro 1988...

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Los trabajadores de General Motors en Dayton ratificaron ayer con un 99% de los votos el acuerdo alcanzado el jueves por la empresa y el Sindicato UAW por el que se puso fin a una huelga de 18 días que paralizó la producción de vehículos de GM en EE UU. Los trabajadores salvaron sus objetivos a corto plazo, pero General Motors ha conseguido imponer un precedente en la compra de piezas a proveedores que ofrecen costes de producción inferiores a los de la marca.Según el acuerdo, GM podrá adquirir sistemas de frenado de la empresa Robert Bosch para dos tipos de automóvil, el Chevrolet Camaro 1988 y el Pontiac Firebird. La operación supone sacrificar 120 puestos de trabajo en las dos plantas de 3.200 trabajadores que se dedican a fabricar frenos. Para compensarlo, además de pagar los días no trabajados y de satisfacer reivindicaciones atrasadas, GM se compromete a crear 417 nuevos empleos en los próximos tres años y otros 269 si las plantas de Dayton demuestran que pueden competir en precios con Robert Bosch.

La dirección de unión local 696 de UAW está satisfecha por haber encontrado una salida digna que protege los puestos de trabajo y que no tiene repercusiones negativas en el cheque quincenal de los trabajadores. Pero los expertos del sector creen que la victoria estratégica es para la empresa.

General Motors ha pagado un precio elevado por la huelga. Además del compromiso de los nuevos puestos, ha sufrido pérdidas valoradas en 600 millones de dólares (72.000 millones de pesetas), pero ha conseguido su objetivo principal, de cara a futuros problemas y a la negociación global del próximo verano.

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