El inviable pueblo 180º

La Comunidad rechaza la segregación aprobada por el pleno de Mangirón

Mangirón (unos 160 habitantes) ha comenzado su particular guerra de liberación. Esta pedanía de Puentes Viejas (425 habitantes) consiguió hace tres meses que el pleno aprobase por unanimidad pedir a la Comunidad el inicio de un expediente de segregación. Mangirón intenta así convertirse en el municipio 180% El anterior, el 179% fue Tres Cantos (24.500 habitantes), que, con permiso de la Comunidad, se separó de Colmenar (28.100 vecinos) en 1991. La Comunidad no quiere ahora repetir la experiencia. "Son muy pocos", dice.

La historia comenzó en 1976. El entonces municipio indepe...

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Mangirón (unos 160 habitantes) ha comenzado su particular guerra de liberación. Esta pedanía de Puentes Viejas (425 habitantes) consiguió hace tres meses que el pleno aprobase por unanimidad pedir a la Comunidad el inicio de un expediente de segregación. Mangirón intenta así convertirse en el municipio 180% El anterior, el 179% fue Tres Cantos (24.500 habitantes), que, con permiso de la Comunidad, se separó de Colmenar (28.100 vecinos) en 1991. La Comunidad no quiere ahora repetir la experiencia. "Son muy pocos", dice.

La historia comenzó en 1976. El entonces municipio independiente de Mangirón -o Manjirón, los vecinos no se ponen de acuerdo a la hora de escribirlo- formó un único Ayuntamiento con Paredes de Buitrago (160 habitantes), Serrada (unos 80 habitantes) y Cinco Villas, su pedanía. Lo llamaron Puentes Viejas.

Mateo Fernández, concejal socialista de Mangirón, comenta: "Aquello fue una chapuza. Unieron tres núcleos que no tenían nada que ver y les pusieron un nombre que no representaba a nadie. Puentes Viejas es sólo el topónimo de unas instalaciones del Canal de Isabel II junto al pantano [de Puentes Viejas]". Según los vecinos, "la unión fue aceptada por todos porque nos dijeron que era lo mejor. Que recibiríamos más ayudas, pagaríamos menos y todo sería más barato. En fin, una maravilla".

Pero la forzada unión no trajo la igualdad entre los pueblos y pronto se levantaron suspicacias. Por ejemplo, mientras que Iberdrola suministra electricidad sin problemas a Paredes, Mangirón la recibe a trancas y barrancas a través de los postes del Canal de Isabel II. Si los vecinos de Mangirón pagan agua, los de Serradano no, porque carecen de contadores. Y así, varios servicios.

Como nadie quiere tiranteces, todos los ediles (tres de Mangirón, dos de Serrada y dos de Paredes) votaron a favor de la segregación. El alcalde, Enrique García, independiente, y de Serrada, se muestra reacio a hablar del asunto: "El pleno apoyó que Mangirón se independizase, pero esa decisión no tiene por qué coincidir con la de los vecinos. Yo creo que éstos no quieren la independencia. ¿Mi opinión? Sí la quiero, si es lo mejor".

Fernando Alonso, jefe de servicio de la Dirección General de Administración Local, indica que la segregación es "imposible". "¿Cómo va a ser independiente un pueblo que ni siquiera puede pagar al secretario?", se pregunta. "Sólo los pueblos con más (le 5.000 habitantes tienen posibilidades". Fernández replica: "Los tres pueblos somos diferentes. Tenemos nuestra idiosincrasia, un río [el Lozoya] que nos separa y nuestras costumbres".

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