ELECCIONES 3 DE MARZO

Desconcierto por el fracaso en Cataluña

El sabor agridulce de la escasa victoria del PP se convierte en derrota en Cataluña. José María Aznar calificó ayer de "ascenso limitado" una subida de ocho décimas en porcentaje de voto sobre las generales de 1993, que no permite a los populares alcanzar ninguno de sus objetivos.Cataluña llenó de desconcierto a la dirección del partido. Es la única comunidad donde el PP se queda casi exactamente como hace tres años, tras el avance considerable del partido de Aznar en las autonómicas de noviembre pasado, cuando perdió la mayoría absoluta el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol.

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El sabor agridulce de la escasa victoria del PP se convierte en derrota en Cataluña. José María Aznar calificó ayer de "ascenso limitado" una subida de ocho décimas en porcentaje de voto sobre las generales de 1993, que no permite a los populares alcanzar ninguno de sus objetivos.Cataluña llenó de desconcierto a la dirección del partido. Es la única comunidad donde el PP se queda casi exactamente como hace tres años, tras el avance considerable del partido de Aznar en las autonómicas de noviembre pasado, cuando perdió la mayoría absoluta el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol.

Sólo en Navarra los populares (con su partido federado, Unión del Pueblo Navarro) se quedan también como en 1993 en porcentaje de voto y ceden incluso un escaño a IU. Este estancamiento se explica por la escisión de Convergencia de Demócratas Navarros, el partido de Juan Cruz Allí.

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'Efecto Cañellas'

En Aragón, la coalición del PP con los regionalistas del Partido Aragonés pierde casi cuatro puntos respecto a la suma de ambos por separado en 1993, pero gana tres diputados. En Baleares, el efecto Cañellas parece haber mordido algo menos de dos puntos, pero el retroceso no tiene repercusión en el reparto de escaños en las islas.

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Otras decepciones del "día después" se sitúan en Valencia y Canarias. Los populares no han conseguido reducir la representación de Coalición Canaria, como deseaban y pronosticaban las encuestas, ni anular la de Uníó Valenciana. Aunque insuficiente para cubrir esos objetivos, en el archipiélago han subido casi cuatro puntos y en la Comunidad Valenciana tres y medio.

En todas las demás comunidades, el partido de Aznar avanza, menos en Cataluña. La otra cara del fracaso electoral es el éxito de CiU, al perder sólo un escaño y revalidar de forma muy nítida su papel de árbitro en la escena española.

La fórmula de intentar revisiones radicales del modelo dirigido por los nacionalistas de Pujol, con el consenso del PSC, parece haber tocado techo en algo menos del 18% de los votos, una cifra honrosa pero insuficiente cuando la aspiración era equipararse a Ciu.

Adelantándose a las posibles críticas de dentro y de fuera del partido, Aznar recordó ayer que él tomó la dirección del partido hace seis años, cuando éste conseguía algo más de cinco millones de votos. Ahora tiene nueve millones y medio, la mayoría absoluta en el Senado y el mayor número de gobiernos municipales y autonómicos de su historia.

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