Tribuna:Elecciones 3 de MarzoCRISTAL LÍQUIDO

Futurismo

Por fin algo verdaderamente histórico en los anales del medio que estos días me traigo entre manos en plan pantalla de guardia: 16 ministros de hace tres lustros firmando un dolido manifiesto de 1849 espacios contra un vídeo de minuto y medio. Más aún, los 16 autores del manifiesto contra el célebre vídeo del realsocialismo catalán nos advierten que, si tres de sus colegas no hubieran fallecido y otros cuantos no estuvieran en paradero desconocido en el momento de la reunión, serían por lo menos veintipico los ministros ucederos abajo firmantes. No lo dudo.En cualquier caso, estarán conmigo en...

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Por fin algo verdaderamente histórico en los anales del medio que estos días me traigo entre manos en plan pantalla de guardia: 16 ministros de hace tres lustros firmando un dolido manifiesto de 1849 espacios contra un vídeo de minuto y medio. Más aún, los 16 autores del manifiesto contra el célebre vídeo del realsocialismo catalán nos advierten que, si tres de sus colegas no hubieran fallecido y otros cuantos no estuvieran en paradero desconocido en el momento de la reunión, serían por lo menos veintipico los ministros ucederos abajo firmantes. No lo dudo.En cualquier caso, estarán conmigo en que 16 ministros es todo un récord planetario, aunque se trate de ministrillos de Calvo Sotelo.Colecciono proclamas de raza más o menos audiovisual, de todos los metrajes, ismos y pelajes, pero es la primera vez que un texto de estas características está rubricado por tantísimo ex ministro, todo un Gobierno. Porque se trata de un documento típicamente audiovisual. El manifiesto de los 16 (como se le conocerá de ahora en adelante) parte de la audaz teoría de que la historia, en primera y última instancia, es un vídeo. Pero no el videoarte en abstracto, ni mucho menos esas ingentes toneladas de videografía emitidas últimamente para mayor gloria de la transición en general y la UCD en particular, no. Lo intolerable, el acontecimiento que logra despertar de su falso letargo a los muy autoproclamados héroes de los años setenta, el vídeo, que por primera vez en el planeta consigue reunir a 16 ex ministros para lanzar su manifiesto de protesta a los cuatro vientos, resulta que es el único vídeo más o menos adverso que ésos. o parecidos señores han tenido que soportar desde la tromboflebitis. Al margen de otras cuestiones, evidencia una fe inaudita en el arte que nos ocupa.

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Punto número dos: los ex ministros, por definición, son seres amargados y, sobre todo, dispersos. Tipos erráticos, con el yo narcisista por los suelos. Que resuciten repentinamente por un vídeo más bien mediocre, de imagen, audio y montaje elemental, y encima se pongan a redactar en plena campaña tal manifiesto adolescente sobre las infamias audiovisuales del minuto y medio sociata, demuestra (me lo demuestra a mí, en todo caso) que los dieciséis y pico, al contrario de lo que creíamos, están muy, pero que muy coordinados y en línea directa con esta nueva versión del Totus tuus y que ahora (repito arrugando Le Nouvel Observateur: mangas verdes) acaba Felipe de descubrir.

El tercer hallazgo del manifiesto de los 16 supera todo lo conocido en provocación vanguardista audiovisual. Va mucho más allá que Eisenstein en cuanto a idolatría del montaje. Supera a Vertov en la pasión por el cine-ojo. Desborda a Marinetti, se declara agredido por el expresionismo alemán y finge ser la nouvelle vague, la nueva mayoría. Rechaza además el realismo socialista, y va mucho más allá del surrealismo de Breton y el dadaísmo. Miren ustedes, de los 16 manifestantes un buen puñado de ellos colaboró pura y duramente con el pasado franquista, y la mayoría aspira a repetir cargo en el futurismo.

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