Cartas al director

Francisco Tomás y Valiente

Estoy con el periódico abierto. Una, dos, tres... páginas, Francisco Tomás y Valiente, ETA, muerte, sangre. Una, dos, tres... hojas, dolor, amigos, compañeros; profundo dolor, esposa, hijos, familia.Sin embargo, estoy seco, Entre tantas fotografías como vienen publicadas, entre tantos comentarios de sentido pesar editados, sólo estoy pensando en ti, en tu madre, en la madre de Jon Bienzobas Arretxe. Se me desgarra el alma, señora Arretxe, al imaginar que también usted estará con un periódico en las manos viendo la hazaña de su hijo. Y estoy seguro de que sus pupilas, otrora húmedas, tambié...

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Estoy con el periódico abierto. Una, dos, tres... páginas, Francisco Tomás y Valiente, ETA, muerte, sangre. Una, dos, tres... hojas, dolor, amigos, compañeros; profundo dolor, esposa, hijos, familia.Sin embargo, estoy seco, Entre tantas fotografías como vienen publicadas, entre tantos comentarios de sentido pesar editados, sólo estoy pensando en ti, en tu madre, en la madre de Jon Bienzobas Arretxe. Se me desgarra el alma, señora Arretxe, al imaginar que también usted estará con un periódico en las manos viendo la hazaña de su hijo. Y estoy seguro de que sus pupilas, otrora húmedas, también estarán secas como las mías.

¡Hágaselo saber! Dígale a su hijo que la palabra amor aún existe; pregúntele si él también ha leído la prensa. Pregúntele si él también ha visto una, dos tres... páginas; una, dos, tres... hojas, Francisco Tomás y Valiente, esposa, hijos, amigos..., muerte. Y, finalmente, pregúntele si esa noche, tras asesinar, pudo dormir.-

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