El propio acuerdo de Schengen impide que España rompa la cooperación judicial con Bélgica

España no puede romper la cooperación judicial con Bélgica porque el Convenio de Schengen no lo permite ni aunque esa decisión tuviera el apoyo de todos los firmantes de la convención, según fuentes de varios países miembros. España sólo podrá sustentar en razones políticas, sin ningún amparo jurídico internacional, su decisión de suspender la aplicación respecto a Bélgica de dos capítulos del acuerdo. La reunión extraordinaria del Consejo Ejecutivo de Schengen, el próximo miércoles, se limitará a consensuar una declaración en favor de la lucha contra el terrorismo.

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España no puede romper la cooperación judicial con Bélgica porque el Convenio de Schengen no lo permite ni aunque esa decisión tuviera el apoyo de todos los firmantes de la convención, según fuentes de varios países miembros. España sólo podrá sustentar en razones políticas, sin ningún amparo jurídico internacional, su decisión de suspender la aplicación respecto a Bélgica de dos capítulos del acuerdo. La reunión extraordinaria del Consejo Ejecutivo de Schengen, el próximo miércoles, se limitará a consensuar una declaración en favor de la lucha contra el terrorismo.

A propuesta de los ministerios de Asuntos Exteriores y de Justicia e Interior, el Gobierno español acordó el pasado día 9 autorizar al ministro Carlos Westendorp para que inicie la tramitación de la suspensión de la aplicación entre el Reino de España y el Reino de Bélgica de los capítulos II y IV del título III del Convenio de Aplicación del Acuerdo de Schengen, de 14 de junio de 1985, y se habilita al Ministro de Justicia e Interior para adoptar medidas inmediatas adecuadas al principio de reciprocidad en las relaciones de cooperación jurídica con Bélgica".Estas represalias -acordadas tras la decisión del Consejo de Estado belga de suspender la extradición a España de los presuntos colaboradores de ETA Luis Moreno Ramajo y Raquel García Arranz- se quedarán jurídicamente en papel mojado: el convenio no contempla la posibilidad de que un país suspenda una parte de sus compromisos, ni siquiera con el visto bueno de todos los firmantes (Alemania, Francia, Italia, España, Portugal, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Grecia y Austria), según afirman fuentes de distintos signatarios del acuerdo. El convenio sólo permite la suspensión temporal del artículo 2.2 cuando un país solicita a los otros reimplantar los controles fronterizos por motivos extraordinarios.

Sin alternativas

A España sólo le quedarían dos alternativas, absolutamente descartadas: pedir esa reimplantación de controles fronterizos o denunciar todo el convenio. Una posibilidad políticamente impensable y jurídicamente complicada, ya que Schengen tampoco contempla este supuesto y un país que quiera romper sus compromisos debe hacerlo a través del Convenio de Viena sobre tratados internacionales.El Consejo Ejecutivo de Schengen se reunirá con carácter extraordinario el próximo miércoles en La Haya, bajo presidencia de turno holandesa. El encuentro, convocado a petición española, sólo tiene un punto en el orden del día: "La lucha contra el terrorismo". A la vista del patinazo jurídico de las autoridades españolas, del consejo extraordinario sólo saldrá una declaración política enfatizando la necesidad de coordinar al máximo la lucha europea contra el terrorismo.

Así, la suspensión de las extradiciones a Bélgica sólo podrá sustentarse como una decisión política del Gobierno español -pero no como un derecho adquirido con el visto bueno de los socios de Schengen- amparada por la resolución del Consejo de Ministros que autoriza a Belloch a aplicar el principio de reciprocidad en las relaciones de cooperación judicial con Bélgica.

Un portavoz de la secretaría de Estado para la UE admitió en parte estos argumentos, aunque se reservó un "vamos a ver, vamos a ver" a la cuestión concreta de si España puede o no romper la cooperación judicial con Bélgica a través de Schengen. "En todo caso", matizaron estas fuentes, "no se trata de poner a Bélgica en el banquillo sino de plantear un problema de quiebra de la confianza".

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Otra fuente de Exteriores admitió que "jurídicamente es discutible si España lo puede hacer. Schengen es ante todo un compromiso político entre los siete que lo aplican, un acuerdo basado en la confianza hasta tal punto que no prevé ninguna cláusula de denuncia. Bélgica lo ha roto y nosotros también lo vamos a romper. Por razones jurídicas o políticas. Nos da igual como las llamen pero lo vamos a hacer."

Bélgica aguarda la reunión con tranquilidad. "No tenemos ninguna comunicación oficial de España. Sólo sabemos a través de la prensa que España aprobó la semana pasada una decisión para suspender la cooperación judicial con Bélgica. Pero han pasado ya tantos días que pensamos, a nivel extraoficial, que quizá han cambiado de opinión", señalaron fuentes del Ministerio del Interior belga.

Los firmantes de Schengen encaran la reunión con discreción. "No queremos pronunciarnos hasta el día 21", señalan fuentes de la Administración alemana. "Creemos que España no puede suspender la cooperación con Bélgica. En cualquier caso lo más importante es encontrar una solución a estos conflictos", opina el Gobierno francés.

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