Tribuna:

Sin plazo

Los mercados financieros vivieron ayer una jornada confusa, fruto del juego a corto plazo que practican la mayoría de los participantes. Bolsas y deuda sufrieron caídas importantes a primeras horas de la mañana, en lo que tenía todo el aspecto de un abandono masivo de posiciones. Sin embargo, los contratos de futuros sobre los bonos registraron un cambio radical de orientación que forzó la vuelta del dinero a los mercados bursátiles. En el caso español, este movimiento de ida y vuelta estuvo potenciado por el sector eléctrico, muy animado tras la aprobación del plan de conversión de la deuda n...

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Los mercados financieros vivieron ayer una jornada confusa, fruto del juego a corto plazo que practican la mayoría de los participantes. Bolsas y deuda sufrieron caídas importantes a primeras horas de la mañana, en lo que tenía todo el aspecto de un abandono masivo de posiciones. Sin embargo, los contratos de futuros sobre los bonos registraron un cambio radical de orientación que forzó la vuelta del dinero a los mercados bursátiles. En el caso español, este movimiento de ida y vuelta estuvo potenciado por el sector eléctrico, muy animado tras la aprobación del plan de conversión de la deuda nuclear. Al final de la sesión el índice consiguió un avance de 1,80 puntos, después de haber cedido hasta 3,77 por la mañana, una pérdida que le acercó momentáneamente a sólo 1,86 puntos del nivel de apertura del ejercicio.La contratación de 42.750 millones de pesetas, más que aceptable y que responde a la doble actuación de los inversores, primero vendiendo sus títulos y después tratando de hacerse con algún paquete ante las expectativas alcistas.

Nueva York, que volvió a batir récord al cerrar a 5.541,62 puntos, aportó tranquilidad al cierre, con lo que Madrid subió un 0,55% y el Ibex 35 el 0,68%.

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