La autopsia afirma que la familia o intoxicada por gas murió sin violencia

La autopsia ha confirmado que no hubo violencia en la muerte del mecánico Sergio Pereira Díaz, de 43 años, y de sus hijos Isabel, de 13 años, y Javier, de 14. Los cadáveres fueron descubiertos el miércoles en el domicilio familiar -un dúplex- de la avenida de Madrid de San Fernando de Henares (28.000 habitantes). Los fallecimientos se debieron, tal como informó la policía científica, a la mala combustión de la caldera de gas, que genero monóxido de carbono en vez de anhídrido carbónico.Fuentes policiales explicaron que la caldera ventilaba mal el resultado de la combustión, ya que se encontrab...

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La autopsia ha confirmado que no hubo violencia en la muerte del mecánico Sergio Pereira Díaz, de 43 años, y de sus hijos Isabel, de 13 años, y Javier, de 14. Los cadáveres fueron descubiertos el miércoles en el domicilio familiar -un dúplex- de la avenida de Madrid de San Fernando de Henares (28.000 habitantes). Los fallecimientos se debieron, tal como informó la policía científica, a la mala combustión de la caldera de gas, que genero monóxido de carbono en vez de anhídrido carbónico.Fuentes policiales explicaron que la caldera ventilaba mal el resultado de la combustión, ya que se encontraba cubierta por una suerte, de mueble. Además, los tubos de ventilación, mal instalados, enviaban el gas hacia el interior de la, vivienda en vez de al exterior.

.La autopsia, realizada en el cementerio de San Fernando de Henares, duró unas tres horas. El resultado fue comunicado a la juez. Entre las medidas adoptadas por el forense, siempre según fuentes cercanas al caso, figura el envío de muestras de vísceras al Instituto Nacional de Toxicología, donde serán estudiadas. Durante la mañana, la policía judicial registró la vivienda donde se produjo la tragedia.

La única superviviente, María Pereira, de 17 años, seguía ayer ingresada en el hospital de la Princesa. No se temía por su vida. Como adelantó ayer este periódico, no sufría ninguna lesión por violencia.

La muerte del padre, y sus dos hijos se produjo en la fría noche del martes al miércoles. La calefacción no dejó de funcionar. De la tragedia se libraron, además de María, la madre y otro hijo. Este, a la hora de la cena, sufrió violentas convulsiones y fue trasladado en ambulancia al hospital de la Princesa. Allí pasó la noche en compañía de su madre. Esta circunstancia les salvó. Posteriormente, los médicos comprobaron que el repentino ataque se debió al monóxido. Fue el primer aviso. Nadie se dio cuenta.

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