Cartas al director

A la espera de Gas Natural

Quizás cuando lean esto yo ya no esté aquí, mis manos están ateridas de frío, el tufo de mi propio, cuerpo me impide respirar con facilidad, estoy en las últimas, esa es la verdad. Llegué a Madrid hace tres meses, eran tiempos maravillosos entonces la ciudad, sus gentes, el clima... Nunca me hubiera podido imaginar lo que, iba a ocurrir después. Todo empezó hace dos, meses, el piso que alquilamos estaba bien, tenía todos los requisitos de habitabilidad a falta del gas natural, que estaba a punto de ser instalado; mientras tanto nos arreglamos con un hornillo de gas butano (¡añorada eficacia!) ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Quizás cuando lean esto yo ya no esté aquí, mis manos están ateridas de frío, el tufo de mi propio, cuerpo me impide respirar con facilidad, estoy en las últimas, esa es la verdad. Llegué a Madrid hace tres meses, eran tiempos maravillosos entonces la ciudad, sus gentes, el clima... Nunca me hubiera podido imaginar lo que, iba a ocurrir después. Todo empezó hace dos, meses, el piso que alquilamos estaba bien, tenía todos los requisitos de habitabilidad a falta del gas natural, que estaba a punto de ser instalado; mientras tanto nos arreglamos con un hornillo de gas butano (¡añorada eficacia!) y un termo eléctrico. Cuando, nos hicieron la instalación para el gas natural y con vistas a una inmediata conexión del gas, se cambió el termo eléctrico por la caldera que habría de proporcionarnos calefacción Y agua caliente. Con una intuición afortunada decidimos no cambiar aún el hornillo hasta la efectiva conexión. De eso hace ya dos semanas, dos largas semanas de llamadas, requerimientos. y ruegos.

Mi marido y yo nos preguntamos por qué ya nadie quiere venir a visitarnos, prefieren que nos quedemos como en la calle, donde el abrigo, los guantes y el gorro es algo normal. En la empresa instaladora (¿o quizá es una agencia de detectives camuflada?) todos buscan el culpable, pero son incapaces de darnos una solución. La realidad es que el contrato está firmado, los pagos debidamente satisfechos, la instalación adecuadamente hecha, los tubos anhelando el alimento gaseoso, pero- en Gas Natural aún no costa mi petición. Alguien miente aquí, pero yo ya no quiero encontrar al culpable, yo sólo quiero tener gas y agua caliente y calefacción. Apelo a la justicia, o a la compasión o a Instalaciones Merino o a Gas Natural.-

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En