LA LUCHA ANTITERRORISTA

El Gobierno prevé una nueva oleada de atentados antes de las elecciones de marzo

El Gobierno prevé que se va a producir una nueva oleada de atentados de ETA en las semanas previas a las elecciones del 3 de marzo, uno de cuyos objetivos será la prensa. El ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, lo ratificó a este periódico y comparó el comportamiento actual de ETA con el de los polimilis en 1978. La contundencia y espectacularidad de las acciones actuales de ETA con el objetivo de negociar recuerdan al ministro el comportamiento de la organización que cambió de rumbo en 1978, tras las primeras elecciones generales, y se disolvió en 1982.El Gobierno, a través ...

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El Gobierno prevé que se va a producir una nueva oleada de atentados de ETA en las semanas previas a las elecciones del 3 de marzo, uno de cuyos objetivos será la prensa. El ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, lo ratificó a este periódico y comparó el comportamiento actual de ETA con el de los polimilis en 1978. La contundencia y espectacularidad de las acciones actuales de ETA con el objetivo de negociar recuerdan al ministro el comportamiento de la organización que cambió de rumbo en 1978, tras las primeras elecciones generales, y se disolvió en 1982.El Gobierno, a través de toda la documentación de ETA de la que dispone, está convencido de que la banda armada va a emprender una nueva oleada de atentados. En un primer momento, el objetivo de ETA, con su campaña de terror en las vísperas navideñas, en Vallecas, Valencia y León, era aprovechar el final de la legislatura socialista para intentar la negociación con el Gobierno.Ahora, ETA pretende, con la nueva campana que prevé el Gobierno, mantener la llama de la reivindicación de la negociación y desafiar al PP, como partido aspirante a gobernar tras las elecciones, según otras fuentes consultadas. La dirección de ETA juega con la hipótesis de que un triunfo del partido de José. María Aznar puede suponer un recrudecimiento de las medidas policiales, la adopción de medidas excepcionales e incluso un regreso a las maneras del franquismo. Un dirigente, cualificado del PP, como Jaime Mayor Oreja, ha adelantado que su partido no hará ese favor a ETA.

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Cuando quiera ETA

En todo caso, las intenciones de la banda armada están claras en un reciente documento de KAS en el que dice que el anuncio de una tregua para la negociación se producirá cuando ETA quiera. Y añade: "Pero sin- duda llegará. La nueva táctica de golpear desestabilizando al Estado y la colósal, respuesta de la juventud abertzale en la calle, acumulará la fuerza suficiente para que ETA esté en condiciones de anunciar un alto el fuego que obligue al enemigo a comenzar el proceso [de negociación]". Lo que consiguió la campaña de atentados fue precisamente lo contrario: retraer al Ministerio del Interior a cualquier diálogo con la banda armada.El ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, compara este comportamiento de ETA, con el de los polimilis en 1978. La banda armada se está separando de su línea más habitual de atentar contra policías y militares, como hizo. ETA-pm a partir de la fecha a la que se refiere el ministro Belloch. Trata con atentados como los de Vallecas, contra civiles del Ministerio de Defensa o Valencia, con la explosión de la bomba en el Corte Inglés, de realizar acciones espectaculares y contundentes, que originen un estado de pánico en la población que empuje al Gobierno a ceder a la negociación que pretende la banda armada.

. Es la reafirmación de una línea emprendida con el atentado contra políticos -como el asesinato del dirigente del PP en el País Vasco, Gregorio Ordóñez, el pasado mes de enero- que sigue en abril con el atentado fallido contra José María Aznar y se mantiene con otros atentados frustrados como el del consejero de Interior vasco, Juan María A¡útxa, y el dirigente del PSE, Fernando Buesa. La compara .ción con los polimilis de 1978 está servida. Esta organización inició en 1979 una campaña de atentados contra políticos, sobre todo, los dirigentes de la UCD del País Vasco -casi media do cena fueron asesinados- y el conjunto de España, -como Gabriel Cisneros, herido de gravedad, o el propio Javier Rupérez, -secuestrado- cuando empezó el declive del partido de Adolfo Suárez con la intención de contribuir al caos político.

El objetivo de los polimilis era aprovechar la debilidad de la UCD para obligar a su Gobierno a negociar. Sin embargo, aquella contundencia creó graves tensiones entre la banda armada y la dirección de Euskadiko Ezkerra, partido que había surgido de ETA-pm, al hilo de las primeras elecciones generales. Belloch no asegura, pero sí apunta que se puede producir un proceso similar de descomposición, que en 1982 acabó con la disolución de ETA-pm.

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De hecho, desde que ETA militar empezó en enero con la campaña de atentados contra políticos, las tensiones en el entorno de ETA no han hecho más que acrecentarse. El asesinato de Ordóñez supuso la primera crítica. pública contra ETA de una figura popular en HB, la portavoz del Ayuntamiento de San Sebastián, Begoña Garmendia, o un histórico dirigente como Patxi Zabaleta. Ahora, los últimos atentados de ETA han originado una reacción crítica de Elkarri, el movimiento pacifista surgido del entorno de HB.

La preocupación está instalada en KAS. Su documento, Karramarro, lo reconoce implícitamente al tratar de exhibir su fortaleza: "Pretenden que el apoyo social se separa del proyecto abertzale siquiera por cansancio, pero no se. dan cuenta de que las disidencias no permanecen dentro del movimiento, y que al autoexcluirse, lo hacen más fuerte, limpio y unido".

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