El 'campus' de las buenas notas

Rafael Puyol, el nuevo rector de la Complutense (130.000 alumnos), les ha pedido a los Reyes Magos un conjunto de cámara para su universidad. Quizás su homólogo de a Carlos III, Gregorio Peces-Barba, pudo asesorarle en la redacción de la carta: el campus de Getafe, con sus apenas 6.000 alumnos, se ha convertido en el único de todo el distrito madrileño que puede presumir, desde hace casi un año, de conjunto orquestal propio.Su trabajo costó formar el grupo, evidentemente. La directora de actividades musicales de la Carlos, Isabel Urueña, escudriña el currículo de más de 300universitarios hasta...

Rafael Puyol, el nuevo rector de la Complutense (130.000 alumnos), les ha pedido a los Reyes Magos un conjunto de cámara para su universidad. Quizás su homólogo de a Carlos III, Gregorio Peces-Barba, pudo asesorarle en la redacción de la carta: el campus de Getafe, con sus apenas 6.000 alumnos, se ha convertido en el único de todo el distrito madrileño que puede presumir, desde hace casi un año, de conjunto orquestal propio.Su trabajo costó formar el grupo, evidentemente. La directora de actividades musicales de la Carlos, Isabel Urueña, escudriña el currículo de más de 300universitarios hasta dar con una docena larga de instrumentistas: violines, violonchelos, algo de viento y percusión. "Nos falta un viola", confiesa Urueña, "así que el repertorio lo elegimos en función de lo que tenemos". Estos polifacéticos estudiantes han ofrecido ya dos conciertos ante el público -el último, el pasado día 21, como celebración de la Navidad-, con un repertorio de lo más dispar: Telemann, Haendel, Joaquín Turina o la Sinfonía de los juguetes.

Los alumnos han de hacer auténticas piruetas con sus horarios para encontrar un hueco. Los planes de estudios de la Carlos III tienen fama de no permitir demasiadas alegrías extra escolares. El mismo concertino del grupo, José Félix Calvo, de 19 años, está matriculado en Biblioteconomía y lo tiene claro: "Yo me dedico a estudiar, y, si me queda tiempo, preparo alguna obra". Calvo llegó en el Conservatorio hasta séptimo de violín. "En música, o eres el mejor o no te comes una rosca. Aquí combato esa pequeña frustración", dice.

Ensayan dos veces al mes, en maratonianas sesiones de hasta cinco horas.

Y en lo s últimos meses se han incorporado algunos fichajes de postín: por ejemplo, Nacho Álvarez agarra el violín cuando se lo permite su Cátedra de Matemáticas, y dos jovencísimos alumnos del Conservatorio de Getafe han redondeado la formación. Rafa Tejeda, violinista de 14 años, dice aprender mucho al lado de sus compañeros universitarios. "Claro que, a veces, me siento un poquito acobardado", matiza. "Como los veo tan mayores...".