La economía baja su crecimiento al 2,9% por la caída de la inversión y el consumo privado

, Por segundo trimestre consecutivo en lo que va de año, la economía española se ha desacelerado. Entre los meses de julio y septiembre, el crecimiento del PlB se ha situado en el 2,9%. Las causas están tanto en el consumo privado como en la inversión -sobre todo en el sector de la construcción- que decrecen dos décimas en ambos casos y experimentan un cambio de signo que no se producía desde mediados de 1.993. El sector exterior, además, sigue restando ánimos a la economía, con una aportación negativa al PIB de seis décimas. Sin embargo, la comparación con los países competidores deja a Españ...

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, Por segundo trimestre consecutivo en lo que va de año, la economía española se ha desacelerado. Entre los meses de julio y septiembre, el crecimiento del PlB se ha situado en el 2,9%. Las causas están tanto en el consumo privado como en la inversión -sobre todo en el sector de la construcción- que decrecen dos décimas en ambos casos y experimentan un cambio de signo que no se producía desde mediados de 1.993. El sector exterior, además, sigue restando ánimos a la economía, con una aportación negativa al PIB de seis décimas. Sin embargo, la comparación con los países competidores deja a España en un buen lugar. En la mayoría de ellos, la ralentización es más profunda.

Los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) revisan los correspondientes a los dos trimestres anteriores. Casi siempre ocurre así, porque el INE ofrece únicamente un avance de lo sucedido en el trimestre anterior. En esta ocasión, la modificación de las cifras es importante porque revela que ésta es la segunda -y no la primera- desaceleración en lo que va de año. Para el primer trimestre el INE daba un 3,1% pero ahora confirma un 3,2%. Para el segundo trimestre es al revés: daba un 3,2% y ahora es un 3, 1 %. El avance del tercer trimestre indica un 2,9%.La economía se mueve así en un punto cercano al estancamiento pero bastante alejado de una recesión. "Es sólo un descanso en una etapa de crecimiento", señalan fuentes del Ministerio de Economía. Para el titular de este departamento, Pedro Solbes, "se ha producido una suave desaceleración durante el tercer trimestre". Solbes añadió que el cierre del año (media de los cuatro trimestres), "debería estar en las cifras previstas del 3,1%".

La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) avanzaba en su informe que España mantendrá ritmos de crecimiento superiores a los del resto del área. Los datos del último trimestre concluido ya lo reflejan así. España ha crecido sólo por debajo de Estados Unidos en tasas interanuales (tercer trimestre sobre el mismo periodo del año anterior). Unicamente EE UU e Italia superan a España en términos anualizados; es decir, si del comportamiento del tercer trimestre respecto del segundo se sacaran conclusiones para todo el ejercicio.

Agotamiento

Los factores internos son similares. España muestra claros síntomas de agotamiento en la inversión y no acaba de conseguir niveles de consumo comparables a los de anteriores periodos de crecimiento. En el tercer trimestre, ambas variables no sólo disminuyen respecto del mismo periodo del año anterior, sino que pasan de un crecimiento sostenido en los dos últimos años a decrecer por primera vez. Pero, mientras la inversión parece tocar techo -pasa del 9,7% al 9,5%- el consumo sigue casi por los suelos -del 1,9% al 1,7%-. La caída de las exportaciones y el mantenimiento de las importaciones han vuelto a restar gas al crecimiento económico (seis décimas en el tercer trimestre), igual que sucede desde finales del pasado año.

Dentro de la inversión, los bienes de equipo siguen la buena racha -del 11,5% en el segundo trimestre al 11,8% en el tercero-, al contrario que la construcción -disminuye del 8,8% al 8,2%-. Los analistas explican el descenso en construcción por la menor inversión pública debido a los recortes presupuestarios. En cuanto al consumo, sigue bajo el peso de la precariedad en el empleo creado, la moderación salarial y la incertidumbre respecto al futuro de las pensiones.

Pese a ello, los analistas consultados y el propio Ministerio de Economía destacan que éste es un modelo de crecimiento mejor que los anteriores, porque la economía no está recalentada. Dicho de otra forma, se crece a un ritmo suficiente para crear empleo al tiempo que se reducen los desequilibrios, con más o menos esfuerzo. La inflación tira a la baja -pese al mal dato de noviembre-, el déficit público también y la balanza exterior, tres cuartos de lo mismo.

Los analistas y Economía coinciden también en que habrá seis meses más de "lenta desaceleración" y que a partir del segundo semestre de 1996 se volverá a despegar, para acabar el año próximo algo por encima del 3% (en media anual). Lo fundamental aquí es lo que ocurra con el consumo privado -por sí sólo explica el 60% del PIB- donde se detecta un pequeño cambio positivo en el clima de confianza. Más si, como se espera, el Banco de España obsequia las navidades con una rebaja de los tipos de interés entre un cuarto y medio punto.

La sequía restará medio punto este año

La lluvia tiene también su importancia para el crecimiento económico. Según cálculos del BBV, la economía española podría crecer medio punto más este año si no fuera por la sequía. Este factor, junto con el conflicto pesquero, ha provocado en el tercer trimestre una caída del 11,5% en el sector primario de la economía. Todos los demás presentan tasas positivas aunque con crecimientos inferiores a los del trimestre anterior.La situación política es, según algunas opiniones, otro factor que afecta. Para Rodrigo Rato, portavoz del Partido Popular, "la crisis está influyendo en la ralentización de la economía". Al contrario de lo que opina el presidente de Banesto, Alfredo Sáenz, para quien la economía vivirá el año que viene en una situación "razonablemente confortable" sin verse afectada por las próximas elecciones generales. Para Salvador Jové, de Izquierda Unida, la situación es de crisis y de incentidumbre, lo cual exige rectificar la actual "política restrictiva". CC OO reclama, en este mismo sentido, un descenso de los tipos de interés.

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