LA CUMBRE DE MADRID

Caos fuera, orden dentro

Fuera, la ciudad fue un auténtico caos, pero dentro la organización funcionó casi a la perfección. El viernes suele ser en Madrid el día en que circula el mayor número de vehículos. Los cortes de calles y avenidas para dejar pasar a las caravanas de automóviles oficiales que, desde los lujosos hoteles del centro conducían a los mandatarios hasta el periférico Palacio Municipal de Congresos, en el Campo de las Naciones, agravaron los atascos. La nieve que inesperadamente cayó sobre la capital acentuó el caos. Por la tarde, la lluvia copiosa completó el panorama.Sin embargo, dentro del complejo ...

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Fuera, la ciudad fue un auténtico caos, pero dentro la organización funcionó casi a la perfección. El viernes suele ser en Madrid el día en que circula el mayor número de vehículos. Los cortes de calles y avenidas para dejar pasar a las caravanas de automóviles oficiales que, desde los lujosos hoteles del centro conducían a los mandatarios hasta el periférico Palacio Municipal de Congresos, en el Campo de las Naciones, agravaron los atascos. La nieve que inesperadamente cayó sobre la capital acentuó el caos. Por la tarde, la lluvia copiosa completó el panorama.Sin embargo, dentro del complejo y del enorme centro de prensa ningún percance técnico perturbó el buen desarrollo del Consejo Europeo. La presidencia española tiene fama de ser eficaz hasta en la organización de los eventos, aunque en el semestre que concluye ahora hubo una gran excepción.

Más información

La Conferencia Euromediterránea de Barcelona, que tuvo lugar el 27 y 28 de noviembre, no fue un modelo. No se aprovecharon las instalaciones olímpicas y se celebró en dos hoteles alejados entre los que, para los asistentes a la reunión, no era fácil comunicarse. Peor aún fue el trato que unas fuerzas de seguridad nerviosas brindaron a delegados y periodistas. Los organizadores les disculpan porque, recuerdan, había que proteger a toda costa a ocho delegaciones árabes y una israelí que participaron.

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