Boeing y McDonnell Douglas negocian una fusión por valor de 4,2 billones de pesetas

Las grandes empresas no quedan al margen del proceso de grandes fusiones que atraviesa la economía norteamericana. A pesar de que ni Boeing ni McDonnell Douglas lo confirmaron ayer de forma oficial, la noticia de que los dos gigantes aeronáuticos mantienen negociaciones para la fusión sacudió ayer los mercados financieros y desató los análisis sobre las repercusiones de la posible unión. La cotización de las acciones de ambas compañías subió en Wall Street. El valor de las dos empresas alcanza los 35.000 millones de dólares (unos 4,2 billones de pesetas).

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Las grandes empresas no quedan al margen del proceso de grandes fusiones que atraviesa la economía norteamericana. A pesar de que ni Boeing ni McDonnell Douglas lo confirmaron ayer de forma oficial, la noticia de que los dos gigantes aeronáuticos mantienen negociaciones para la fusión sacudió ayer los mercados financieros y desató los análisis sobre las repercusiones de la posible unión. La cotización de las acciones de ambas compañías subió en Wall Street. El valor de las dos empresas alcanza los 35.000 millones de dólares (unos 4,2 billones de pesetas).

The Wall Street Journal Europe adelantó la noticia del proceso de negociaciones destacando que no están cerradas y que se enfrentan con dificultades que podrían impedir el desenlace de fusion. La eventual unión crearía una poderosa empresa global de aviación comercial, militar y de sistemas espaciales.La lógica de la operación se ve respaldada por la evolución de cada compañía: Boeing ocupa una posición dominante en la industria aeronáutica comercial y McDonell Douglas es especialmente fuerte en el sector de la defensa y del transporte, militar. Las dos mantienen posiciones similares en tecnología del espacio y comparten precontratos de producción de la futura estación espacial. Desde Seattle y San Luis, cuarteles generales de Boeing y McDonnell Douglas, se silenció ayer cualquier comentario sobre las negociaciones.

Acciones al alza

Las dos empresas llevan meses manteniendo negociaciones secretas en Nueva York, según el diario. La iniciativa de la fusión partió hace un año de Boeing, cuando McDonnell Douglas se encontraba en un momento económicamente delicado y en pleno proceso de cambio de dirección. Su situación ha mejorado notablemente en los últimos meses, gracias a los contratos con empresas privadas y con el Pentágono, éste para producir aviones de transporte militar C-17.Las acciones de McDonnell han subido un 80% este año. Aún así, la operación está dominada por Boeing, cuya dimensión económica y cuota de mercado son considerablemente más grandes que las de McDonnell. El valor de Boeing es de 25.300 millones de dólares y McDonnell Douglas en 9.700. En total, 35.000 millones de dólares (unos 4,2 billones de pesetas al cambio actual).

La principal barrera del proyecto, según los expertos, estaría planteada por las disposiciones antimonopolio. A la operación, toda vez que fraguen las negociaciones, tiene que dar el visto bueno el departamento de Justicia estadounidense ya que puede vulnerar las leyes antimonopolio. La fusión formaría un grupo capaz de dictar condiciones a clientes y proveedores de la industria aeronáutica, defensiva y espacial en todo el mundo. Sólo en el sector dé la aviación comercial Boeing ha conseguido este año un 67% de las órdenes de fabricación de aviones. A pesar de que la cuota de McDonnell en 1995 ha sido mucho menor -un 16%- la suma de las dos. controlaría casi el 85% del mercado.

Por esa razón, los asesores legales de las dos empresas estudian fórmulas que eviten que la fusión adopte la forma de compra y se orientan. hacia un intercambio de acciones semejante al que se produjo en el sector, a una escala más reducida, en marzo de este año, la fusión de Martin Marietta y Lockheed. En el intercambio, cada empresa reforzaría el sector en el que es líder.

La fusión provocaría despidos masivos. La suma de las dos plantillas es de 185.000 empleados, un número que podría recortarse aprovechando el ajuste del intercambio de acciones, el especial desarrollo de líneas de producción según ese intercambio y la disminución de los pedidos en la industria defensiva. Precisamente para adaptarse a la nueva demanda y para ahorrar presupuesto, el Pentágono y el secretario de Defensa, William Perry, se han mostrado en varias ocasiones partidarios de reducir el volumen de la industria defensiva y favorables, por lo tanto, a fusiones como la de Martin Marietta y Lockhedd. The Wall Street Journal indica que, según diversas estimaciones, sobra más de una tercera parte de la capacidad productiva en. el sector de la defensa.

Entre los perjudicados por la fusión estaría Airbus, la compañía aeronaútica europea que en los últimos años ha conseguido una importante penetración en el mercado de la aviación comercial norteamericana e internacional. Precisamente, a principios de esta semana Boeing desbancó al consorcio europeo al lograr un contrato billonario en Singapur. La compañía Singapore Airlines encargó a 77 aparatos B-777 por valor de 12.700 millones de dólares (1,55 billones de pesetas) sin contrapartida alguna para Airbus. Es el mayor pedido de la historia de la aviación comercial.

Los analistas destacan que la misión acarrearía movimientos similares en la industria de defensa europea para hacer, frente al nuevo gigante. "Necesitamos más concentraciones y fusiones en Europa para ser capaces de hacer frente a estos movimientos en EE UU% ha dicho Frederic Aragón, portavoz de la división de defensa de Matra.

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