"Pujol vende un país utópico, irreal"

Al decir de algunos socialistas, Joaquim Nadal es lo más parecido a Jordi Pujol que hay en el Partit dels Socialistes (PSC). En talante, se entiende. El veredicto de las urnas el día 19 será crucial para el futuro de este político. Si saca un mal resultado, renunciará a repetir como candidato socialista al Gobienio catalán. Si, por el contrario, resiste al declive socialista general, su nombre puede empezar a contar para un eventual relevo de Raimon Obiols como primer secretario del PSC.Pregunta. Las encuestas pronostican que Jordi Pujol tiene de nuevo la mayoría absoluta a su alcance. ...

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Al decir de algunos socialistas, Joaquim Nadal es lo más parecido a Jordi Pujol que hay en el Partit dels Socialistes (PSC). En talante, se entiende. El veredicto de las urnas el día 19 será crucial para el futuro de este político. Si saca un mal resultado, renunciará a repetir como candidato socialista al Gobienio catalán. Si, por el contrario, resiste al declive socialista general, su nombre puede empezar a contar para un eventual relevo de Raimon Obiols como primer secretario del PSC.Pregunta. Las encuestas pronostican que Jordi Pujol tiene de nuevo la mayoría absoluta a su alcance. ¿A cuántos escaños renunciaría usted a cambio de que se quebrase la hegemonía de CiU?

Respuesta. No acepto ese juego. Yo querría ganar todos los escaños necesarios para que ClU perdiese la mayoría absoluta.

P. Reclama usted el voto a los electores de IC y de CiU. ¿A cuál de ambas formaciones espera arañar más papeletas?

R. A ambas por igual, ya que en IC son menos y en CiU son más. En el fondo, se trata de este llamamiento: progres de todo el mundo, uníos.

P. Retrate a Jordi Pujol.

R. Un patriota que se pasea por toda Cataluña y parte del mundo vendiéndose a sí mismo y a un país utópico cuya imagen no se corresponde con la realidad.

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P. Pruebe ahora con Ángel Colom.

R. Un ex seminarista.

P. Rafael Ribó.

R. La acritú en la política.

P. Aleix Vidal-Quadras.

R. Una buena inteligencia al servicio de una mala causa.

P. Acabe la serie con usted mismo.

R. Un obrero cualificado de la política.

P. Teniendo en cuenta el modo en que el PSC le designó a usted cabeza de lista, ¿se considera un candidato socialista de transición?

R. No. De ningún modo. Me considero un candidato con poco tiempo, pero consolidado. Las encuestas dicen que los catalanes, socialistas o no, querrían que yo siguiese siendo el candidato del PSC en el futuro.

P. Imnediatamente después de ser designado como candidato del PSC, dijo usted que renunciaría si obtuviese un mal resultado en las urnas. ¿Lo mantiene?

R. Sí. Pero la decisión sobre qué es un mal resultado la tomo yo.

P. ¿Qué es un mal resultado?

R. Lo diré después de las elecciones, no antes.

P. ¿Realmente ha pensado usted, sin fabulaciones, que los catalanes le pueden hacer presidente el día l9?

R. Yo soy realista y sé muy bien en qué espacio me muevo y qué evolución ha experimentado el espacio socialista en el último año. Y también sé cuál será mi contribución al resultado al final. Pero no quiero anticipar ninguna apreciación. Empecé la campaña diciendo: 'Salgo como perdedor, pero quiero ganar'. Y los medios de comunicación me dijeron que empezaba con mal pie. Soy realista, sé qué puede pasar, en qué margen me muevo, qué seré y qué, no seré el día 20.

P. Pruebe a anticiparlo.

R. Ahora no debo hacerlo.

P. Uno de los principales inconvenientes de su campaña es el bajo índice de popularidad del que partía usted y el poco tiempo de que ha dispuesto para tratar de contrarrestar esa circunstancia...

R. Las últimas encuestas me dan un grado de conocimiento superior al de cualquier otro candidato, excepto Pujol.

P. Más conocido que los candidatos que son, pero no que los que podrían haber sido en el PSC.

R. Evidente, evidente. Pero antes de que me hable usted de Pasqual Maragall, quiero dejar claro que para mí eso no ha sido un inconveniente, al menos durante la campaña.

P. El PSC se permitió el lujo de estar sin candidato desde 1992 hasta 1995. ¿No ha pecado su partido de miopía política al no designarle a usted con tiempo suficiente para que pudiera consolidar su imagen ante el electorado?

R. Los hechos son los hechos y no se pueden cambiar. No quiero tener que calificarlos, pero sí quiero dejar muy claro que acepté trabajar en estas condiciones. Lo que previamente pueda haber hecho o dejado de hacer mi partido es parte de la historia. En este contexto electoral, a mí la historia reciente no me interesa.

P. Amplios sectores del PSC ven en la sustitución de Raimon Obiols como candidato la antesala de su relevo como primer secretario. ¿Sería usted un buen primer secretario del PSC?

R. Aún no es momento de plantear las cosas en estos términos. El futuro a medio plazo tampoco me interesa. Después de las elecciones empezaré a pensar en otras cosas. Mientras tanto, queda claro que yo, como cualquier otro dirigente cualificado del PSC, podría ser un buen primer secretario. Esto no significa que yo me esté proponiendo, sino que pienso que no sena un mal primer secretario.

P. Usted se ha resistido durante toda la campaña a alterar su estilo moderado y sin estridencias, a pesar de la opinión de algunos socialistas que piden más caña. Incluso los ataques del PSC a CiU por el caso De la Rosa han sido efectuados por otros socialistas, como Maragall, Obiols y Serra, pero no por usted...

R. Ningún dirigente del partido me ha pedido directamente mas caña. Respecto al caso De la Rosa, yo fui el primer socialista que habló de ello en campana. Hable de ese tema durante dos días, pero no seguiré utilizándolo de forma sistemática. Otros dirigentes del PSC seguirán hablando de este asunto.

P. ¿En qué piensa usted que le beneficia su talante moderado y en qué le perjudicaría un estilo más punzante habida cuenta de que usted, técnicamente, tiene una necesidad imperiosa de hacerse conocer?

R. Sí, sí, pero fíjese en que mi campana es la más crítica y a la vez la más constructiva de todas las campañas. La que tiene más programa y más argumentos críticos. Ahora bien, en efecto, no hay frases agresivas. Si el precio para hacerme conocer más es formular grandes frases agresivas, a mí no me interesa. No voy a hacer canibalismo político.

P. El candidato de IC, Rafael Ribó, aseguró en estas mismas páginas que el pujolismo tiene cautivo al PSC. ¿Qué opinión le merece esa sentencia?

R. El PSC es más libre con relación al pujolismo que Rafael Ribó respecto a Julio Anguita.

P. ¿Comparte usted el criterio de que el pacto PSOE-CiU ha condicionado al PSC en Cataluña?

R. Lo ha condicionado en sentido positivo, pero tampoco radicalmente. Lo ha condicionado, pero no lo ha hipotecado.

P. Y su campana electoral, ¿también ha quedado marcada por los acuerdos PSOE-CiU?

R. No, en absoluto. Mi campaña la he escogido sólo yo. He sido tan crítico y mordaz como he querido y tan poco agresivo como me ha convenido.

P. Su mordacidad, sin embargo, no ha reparado en ¡os escándalos que han afectado a CiU.

R. Si no he hecho más referencias a los casos de presunta corrupción, es porque no dispongo de evidencias.

P. ¿Y no tiene nada que ver con su renuencia a hablar de este asunto el hecho de que usted, en cuanto socialista, no debe de ser hoy el más interesado en poner el tema de la corrupción sobre el tapete electoral?

R. No. Le aseguro que toda la mierda que me pueda caer encima desde el espacio socialista me deja absolutamente indiferente porque yo no participo. Mi trayectoria y la del PSC son tan limpias que no veo motivos para callar las vergüenzas de los demás.

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