El Congreso de EE UU aprueba el presupuesto de la revolución conservadora

La Cámara de Representantes aprobó el jueves, y el Senado tenía previsto votar anoche, una propuesta de presupuesto nacional que recoge la esencia de la revolución conservadora y del programa republicano de cara a las próximas elecciones presidenciales: menos Estado, menos impuestos, menos gastos sociales y menos déficit. El Gobierno -demócrata- ha calificado éste como "un presupuesto de extrema derecha" que sólo beneficia a los ricos, y ha anunciado su veto inmediato.Esta iniciativa, que todavía tiene que hacer frente a un proceso legislativo de varios meses antes de entrar en vigor, signific...

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La Cámara de Representantes aprobó el jueves, y el Senado tenía previsto votar anoche, una propuesta de presupuesto nacional que recoge la esencia de la revolución conservadora y del programa republicano de cara a las próximas elecciones presidenciales: menos Estado, menos impuestos, menos gastos sociales y menos déficit. El Gobierno -demócrata- ha calificado éste como "un presupuesto de extrema derecha" que sólo beneficia a los ricos, y ha anunciado su veto inmediato.Esta iniciativa, que todavía tiene que hacer frente a un proceso legislativo de varios meses antes de entrar en vigor, significa el cambio más ambicioso planteado por los republicanos desde que éstos controlan el Congreso, y, tal vez, la mayor transformación en la política norteamericana en más de medio siglo. Según el diario The New York Times, el presupuesto aprobado por el Parlamento supone "el fin de un compromiso de 60 años dé Washington para proveer asistencia a los más pobres de la sociedad".

Déficit cero en el 2002

El presupuesto republicano prevé la completa eliminación del déficit público para el año 2002, al mismo tiempo que se reducen los impuestos de la mayoría de la población (245.000 millones de dólares, casi 30 billones de pesetas). Para ello, este plan exige una drástica reducción (270.000 millones de dólares menos) de la asistencia médica que el Estado presta a los jubilados, así como la completa eliminación de los programas federales de beneficiencia social y atención sanitaria a las personas con menos recursos.El programa de ayuda médica a los pobres será reducido en 182.000 millones de dólares, y su administración será entregada, en su totalidad, a los Gobiernos de los Estados. El Gobierno federal perderá el control de los subsidios a los hijos de las familias más humildes y de otros programas incluidos en lo que se conoce como welfare (asistencia social).

La reserva ecológica del Ártico, en el Estado de Alaska, será abierta a las empresas que quieran explotar los recursos petroleros.

Los subsidios permanentes a la agricultura serán sustituidos por pequeñas ayudas a tiempo limitado y en cantidad decreciente. Serán eliminados también los subsidios que se prestan a los estudiantes universitarios para hacer frente a sus créditos en los primeros seis meses después de su graduación.

"En siete años habremos salvado al país y a la próxima generación", dijo el presidente del comité de Presupuestos de la Cámara de Representantes, John Kasich. El jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Leen Panetta, opinó, por el contrario, que este presupuesto "daña severamente la seguridad social, la educación y el medio ambiente, y aumenta los impuestos de las familias trabajadoras para favorecer una reducción de la carga fiscal sobre los riocos".

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Puesto que los republicanos no disponen de los votos suficientes para evitar el veto presidencial, la Casa Blanca y el Congreso tendrán que iniciar ahora una ronda de difíciles negociaciones a fin de alcanzar un acuerdo sobre el presupuesto. La negociación, además, se verá afectada por el inminente inicie, de la campaña electoral para 1996.

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