13 años sin tacha

Javier Díaz Aparacio tiene 36 años, de los que 13 los ha pasado como Policía Municipal. Está casado y es padre de dos hijos. Está destinado en la Unidad Especial de Tráfico del Ayuntamiento de Madrid (UTE). Desde hace años, él y un inseparable compañero vigilan la M-30. Cuando comenzaron la persecución de Pablo Vicho, "se encontraban, apostados en el kilómetro. 8 de esta autovía de circunvalación."Javier es un tipo estupendo y alegre. Es el compañero que todos querríamos tener. Es una mezcla de persona alegre, tranquila y generosa. Cuando me dijeron lo del disparo, no me podía creer qu...

Javier Díaz Aparacio tiene 36 años, de los que 13 los ha pasado como Policía Municipal. Está casado y es padre de dos hijos. Está destinado en la Unidad Especial de Tráfico del Ayuntamiento de Madrid (UTE). Desde hace años, él y un inseparable compañero vigilan la M-30. Cuando comenzaron la persecución de Pablo Vicho, "se encontraban, apostados en el kilómetro. 8 de esta autovía de circunvalación."Javier es un tipo estupendo y alegre. Es el compañero que todos querríamos tener. Es una mezcla de persona alegre, tranquila y generosa. Cuando me dijeron lo del disparo, no me podía creer que le hubiera pasado a él", comentó ayer un compañero de Díaz en la Unidad deTráfico.El agente continúa: "Javier destaca por su enorme amabilidad con todos. Son miles de horas ayudando a los demás. Siempre estaba dispuesto a echar una mano. Se lo digo con el corazón. Algo tuvo que' pasar ese día", relató ayer este agente de la UTE.

Javier Díaz Aparicio declaró ante la juez que la bala de su revólver fue un disparo instintivo por la voz de alarma que dió su compañero, ante un gesto brusco de Pablo Vicho.

"Tuvo que ser algo así. No tiene otra posible explicación; Yo en los quince años que llevo en el cuerpo he disparado tres tiros: dos al aire y uno a una rueda de una furgoneta que intentaba atropellarme. Javier, que yo sepa, era la primera vez que disparaba", recordó el agente de la UTE.